AKHENATON Y LA CIUDAD INDUSTRIAL
Publicado en Jun 16, 2020
AKHENATÓN Y LA CIUDAD INDUSTRIAL
por Alejandra Correas Vazquez Si algo había caracterizado al Egipto antiguo es el de ser un pueblo esencialmente agrícolo, donde se arraiga la importancia del río Nilo y su inundación fertilizante para las cosechas. Hasta la época de Constantinopla (la nueva Roma) el trigo egipcio dará pan al mundo antiguo. También fue esta nación en cierta medida, pero medianamente, casi diríamos moderadamente debido a su falta de pastizales necesarios para una gran producción, un país ganadero. Pero esto ultimo tuvo una tendencia mítica y religiosa dándoles a los animales el carácter sagrado con que los conocemos, para lograr con ello la protección de las especies. Aún así su producción no era suficiente para dar de comer a su propio pueblo, y por ello dependía de la media luna fértil y sus grandes pastores (como Abraham). Según leemos en la Biblia los países de Sodoma y Gomorra fueron grandes estancias, cuyo ganado era también codiciado por los reyes hititas que los invadían como cuatreros. Pero Akhenatón una vez más cambiaría todo esto de repente, de improviso, tal y como él acostumbrara a actuar en cada uno de sus proyectos. El joven faraón revolucionario haría de su país o mejor dicho de su “ciudad nueva” creada para nuevos esquemas —la hermosa Akhet-Atón— una sociedad industrial. No hay que olvidar que junto a él se hallaban sus parientes maternos fenicios, de gran influencia en la totalidad de su proceso. Pues Fenicia además de ser el mayor país marítimo, también era la gran nación industrial antigua. Esta ciudad nueva no conoció la improvisación, nació armada desde la estructura original, como Constantinopla cuando la diagramó Constantino tres mil años después. O sea: una nueva religión monoteísta y universal para una ciudad nueva, con nuevas leyes, nuevos conceptos sociales y nuevos proyectos de subsistencia. Akhenatón suprimió la esclavitud. Constantino lo propuso ya que estaba en contra del principio cristiano donde todos son iguales, y ante el rechazo romano, lo morigeró al menos con leyes especiales prohibiendo el derecho de vida sobre sus esclavos. Akhenatón para debutar en un nuevo sentido social, proyectando una ciudad industrial, debía primero que todo crear a esa industria. Y esa industria fue creada por la revolución social atoniana, y no la revolución social determinada por la industria. Un solo dato nos basta. Cuando muchas casas notables no habían sido todavía concluidas (entre ellas la de Akhenatón que fue hecha sobre la marcha y nunca se terminó) ya estaba edificado el barrio obrero. Como comienzo para dar realidad a esta nueva propuesta, debía “crearse” a esa sociedad obrera que en Egipto no existía. Pues el pueblo de la nación del Nilo era hasta ese momento campesino. La revolución atoniana debía urbanizarlos, y enseñarles para ello a vivir en comunidad dentro de casas. Este “barrio modelo” para obreros de la nueva ciudad llamada Akhet-Atón (Horizonte del Círculo) es una de las joyas atonianas. A partir de este proyecto puede decirse que los jóvenes seguidores de Akhenatón, tuvieron fe en su empresa. Había un fin previo de largo alcance: crear los medios de producción con los cuales después vivir, pues había sido convocada una multitud para habitar la nueva ciudad. El elemento obrero revistió una importancia primordial en la política atoniana. Ellos, Akhenatón y sus amigos, eran un conjunto de jóvenes donde el faraón era su propio amigo, como lo indican en sus inscripciones. Ellos programaron la industria y edificaron viviendas para la clase obrera. Pero para empezar tuvieron que crear a esa clase obrera y traer del campo cuadrillas de campesinos a quienes enseñarles los nuevos oficios. Algunos campesinos demostraron gran talento, como May, que aprendió a leer con eficiencia, adquirió un oficio, y fue por su ejemplo declarado príncipe. Ello demandaba una transformación de las conciencias, para aquellos nuevos citadinos, habitantes ancestrales de las orillas del Nilo con un estilo de vida particularmente diferente hasta aquel momento. Todos sabemos que la adaptación del campo a la ciudad ha revestido siempre dificultades. Se necesita un planeamiento de inserción para los ciudadanos debutantes, pues el sistema de vida citadina es muy distinto al campesino. Para comenzar se impone una cohabitación civilizada continua y diaria, logrando una armonía que no permita derrumbar un sistema. Esto es lo que hizo con talento el Egipto atoniano, lo que demuestra que se contaba con una previsión bien analizada, que debutó sin tropiezos ante la era industrial. Y el proyecto prosperó. Pues cuando todo el equipo dirigente salió al exilio, en un Egipto invadido por tropas hititas, los talleres y sus obreros siguieron funcionando por un largo tiempo más. Egipto no tenía hasta la revolución atoniana las industrias que aparecen de golpe y la notable producción “en serie”. Es necesario un comentario especial, pues lo más llamativo de esta industria es el seriado puesto en evidencia. Hay dos características del proceso atoniano que deben subrayarse. La primera es que se creó a la industria y se crearon al mismo tiempo los técnicos obreros, que ayer manejaban el mismo arado de sus antepasados. La otra característica arriba expuesta, es que se les enseñó a vivir en una ciudad y en un barrio apropiado. Con casas limpias, blanqueadas, decoradas, con techos y aleros. Con provisión de agua y numerosas comodidades que nos describe el arqueólogo francés Jacques Pirenne. Ayer eran Nemehu (campesinos) como los ilotas lacedemonios, los sudras hindúes, los mujiks rusos, los siervos medioevales, fijos en un territorio dado y sin acceso a las ciudades. O simplemente esclavos. Propiedades privadas de sus feudatarios, que trabajaban la tierra con los mismos sistemas de la época egipcia predinástica. En la Ciudad del Sol, se convirtieron en citadinos. Los obreros viven ahora en sus casas, pues son ciudadanos de la hermosa urbe de “Akhet-Atón” y se reúnen junto con los demás habitantes en el gran parque solar abierto, contemplando a Akhenatón, Nefertiti y las seis princesitas. Y allí almuerzan en un gran comedor al aire libre, bajo los rayos de Atón, que alumbra por igual a todos. ..................oooooooooooooo..................
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Maria Jose L de Guevara
Cada vez que te leo me congracio por haber alcanzado tus espacios.
María José