De principio a fin feliz se mostraba él, gran amigo y gran hijo. Esa chispa había en él, platicador y atento, un inicio de una hermosa relación, las bromas y las risas no podían faltar, las llamadas y mensajes a toda hora me hacían soñar. Siempre preocupado por donde estuviera, protector siempre al salir, eres mía eso me decía, que más podía yo desear?....... Terminar!.
Dentro de las cuatro paredes, se mostraba como era, ese hombre bueno se iba. Las palabras hirientes que salían de su boca opacaban las palabras con las que me había enamorado. Las bromas se tornaban para agredir y hacerme menos, me sostenía la mano como si no quisiera perderme, pero solo eran para someterme. Los besos que me daba no eran por amor, era solo para calmar mi dolor. Eres mía eso me decía, lo que un día amaba escuchar, ahora solo provocaba miedo de escuchar. Lo que fue protección en un principio, al final se volvió control.
Quien pensaría que vivía este tormento, con los amigos era el buen hombre con una gran mujer, un amor de novela. Me consumía por dentro, sin poder salir. Un día me amaba y otro día me odiaba. Odiaba enojarse conmigo, yo era la culpable por borrar su sonrisa y hacerme levantar la mano, un beso en la frente y un te quiero, era el precio de mi silencio.
Como dejarlo si me daba miedo, mis ojos pedían a gritos que me salvaran, pero nadie se paraba para mirarme. Solo podía esperar a que esto solo acabara. Les puedo asegurar que los monstruos existen pero no es como lo muestran en la tele, los reales vienen con disfraz de ser buenos. Temerle al coco en las noches eran cosas de niños, temerle a mi novio era mi pan de cada día.
Él fue el hombre de mis sueños……sueños donde yo moría.