Una historia irreal de 2020
Publicado en Jun 25, 2020
De Leticia Salazar Alba
Se empezaron a escuchar unos rumores, por todos los medios masivos de comunicación, sobretodo de la internet, se trataba solo de rumores, y como dice el dicho los rumores se los lleva el viento, además hemos visto películas de ciencia ficción como El día final y muchas más, que no le prestamos mucha importancia. Algunos rumores nos hablaban de un virus llamado coronavirus, y que tuvo su origen en China, creíamos que nosotros que vivimos pegados a E U no nos llegaría estábamos haciendo nuestra vida normal, hasta que por fin llegó por el mes de Marzo. Empezó el drama, el miedo se metió en nuestras casas, en nuestras mentes y hasta en nuestros corazones, empezó el confinamiento, toda la familia inició un tiempo de prisión voluntaria, que el virus es muy contagioso que te tienes que lavar las manos cada cierto tiempo creo que cada hora, traer cubrebocas manejar el Gel, checarte la temperatura, las personas fallecidas se cuentan por miles, un nieto me dijo, Titi parece que estamos viviendo una historia de película, y no sabía si reír o llorar. Mi hijo varón no ha dejado de trabajar con las debidas precauciones, al principio un miedo tremendo ha que se vaya ha enfermar, y me contestaba cuando le decía que me preocupaba mucho por el, y luego que como Madre, opté por la mejor solución Oro por el a Dios todo el día, no lo suelto. En ocasiones no sé que pensar de ésta contingencia, si es de verdad Un jinete del Apocalipsis del cual se habla en la Biblia, porque nos hemos alejado mucho de Dios, ya no respetamos los diez mandamientos, partidos políticos en mi país que quieren que se apruebe el aborto, matrimonios del mismo genero, un youtuber mexicano Yumel Torres hizo burla y se atrevió ha publicar la fotografía de un niño de un año y ocho meses que tropieza y cae en una olla de agua hirviendo con frijoles y dice algo sumamente hiriente, .------- los chavitos hermanos del quemado le dicen su mamá, AMA que vamos a comer--- y ella les contesta carnita, me pongo a pensar que esto es un coscorrón un resultado lógico del trato que le damos a nuestro Planeta Tierra, está contaminada de basura, de gases tóxicos de quema de llantas, exceso de automóviles deberíamos dejarla respirar. Han dicho o lo leí que éste virus se quedará para siempre, que tenemos que empezar ha vivir con el, mientras se encuentra la vacuna o algún medicamento que lo pueda curar o hacerlo menos grave, se a hablado de varios medicamentos como el Ibuprofeno, recemos a Dios que es el médico de médicos y pongamos la vida de nuestras familias en la Palma de su mano
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Magnolia Stella Correa Martinez
Saludos Leticia, desde Colombia.
raymundo
Enrique Gonzlez Matas
Enhorabuena por tu escrito.
Ánimo y suerte. Un fuerte abrazo.
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
La pandemia azota, es traicionera, invisible, artera. Se alimenta de muertes y lesiones, se regenera con el dolor y el temor, inculca la duda de quién es el responsable, busca rincones y escondites. Es una sombra sin sombra. La humanidad, pareciera que en ya otras oportunidades se encarcelaron en sus propios errores y soberbias. Hoy somos un campo minado de experimentación Tal vez, su duración no sea tan corta como muchos dicen, soy de los que hablamos de mínimo un año Y no será solo una vacuna, como se asegura la que nos liberará. Serán muchas otras cosas a modificar en el hábitat planeta desde el respeto a la naturaleza, respeto a la ciencia, regresar al SER y dejar más alejado al TENER. Buscar otros modelos sociales más justos, más equitativos, Buscar en la naturaleza su esencia y su ciencia propia. Tendremos mucho para aprender en medio de nuestros miedo y ojalá los cambios sean GLOBALES y no solo particulares.
Vale decir y mirando la frase de Cossery… LA MUERTE DEL VIRUS…no será el FIN de su tiranía.
Felicitaciones Leticia
**Leticia Salazar Alba**
Mara Jos Ladrn de Guevara
No obstante, tengo legítimas esperanzas en aquella buena humanidad, quien será capaz de disponer de todo ese hermoso potencial que posee para sortear este amargo paso.
Saludos, cariños y deseos que te cuides, Lety.
María José.