Cada día que aprendo más de Dios, voy encontrando todas esas respuestas que no hallaba...
Las personas muchas veces hablan de Dios, creen que por ir a la iglesia o hacer un acto de solidaridad, ya han ganado un lugar ante Dios, éstas no son más que obras muertas que sirven para justificarte ante él, pero no te dan la salvación ni el perdón; ni mucho menos te ayuda a ser un humano de admiración.
Muchas personas hablan de humildad y ni siquiera la ejercen; en cualquier momento de ira o desenfreno emocional, emiten palabras hirientes, adoptando una postura de arrogancia y superioridad. Cuando la nobleza es el calzado de alguien, la humildad es su manto y nunca se despojará de ella. Hay personas que dicen ser tus amigos y tarde o temprano te pasan factura con lujo y detalle de algún favor ejercido. "El que da nunca debe recordarlo y el que recibe nunca olvidarlo". Uno ayuda de corazón así como Dios ayudó a muchos, no esperó nada de nadie y mucho menos cobró factura de todas las maravillas que se nos otorgaron, como por ejemplo, todos los logros, todas las comodidades de las que gozamos no son más que bendiciones cuando hay muchos que pernoctan en las calles, bajo la débil protección de cajas de cartón.
 
Muchas personas piensan que el dinero les da ese toque de diferencia, de poder desvalorar la riqueza que se tiene y esta nadie la puede maquillar porque está en el corazón. No se puede solo preocuparse por crecer la alcancía, y dejar nuestro interior en absoluta miseria.
 
Hay personas que juegan con los sentimientos de los demás. No valoran lo auténtico, solo utilizan, sacan provecho de algo y luego como un papel usado, a la basura y se olvidaron de todo lo ejercido. " La vida tarde o temprano revierte las jugadas y Dios es un ser justo" Nuestros actos no son más que obras, malas o buenas. Las primeras nos alejan de Dios, las segundas no justifican ante él, pero ninguna sirve si no obramos correctamente en este difícil camino que se llama VIDA.
Todo lo que ejercemos, debe ser limpio, debe mostrar frutos, debe de haber un arrepentimiento total de falso actuar, de malas acciones, de pecados, de avaricias, de orgullo, de soberbia, de todo lo malo que nos impida crecer espiritualmente, pero principalmente de de un cambio de pensamiento, de actuar como debe de ser, solo así podemos agradarle a Dios. Nunca olvidemos que de la abundancia del corazón, hablará la boca.
Alimentemos cada día nuestra esencia y algún día este mundo será como Dios siempre lo quizo.