EL FABRICANTE DE ATADES
Publicado en Aug 01, 2020
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Don Carlos era un carpintero que únicamente fabricaba ataúdes. Nunca recibía encargos para elaborar juegos de muebles, armarios, closets ni nada diferente a los ataúdes de todos los tamaños y estilos, parece que más que un trabajo era una adicción que realizaba con esmero y perfección.
De tanto construir féretros se le fue pasando el tiempo y llegó a los cincuenta años sin esposa ni hijos; y se le metió en la cabeza que pronto se iba de este mundo; entonces, decidió hacer para él un ataúd sin igual a ninguno que hubiera elaborado antes. Dibujó el cajón con todos los detalles y se dedicó a conseguir la mejor madera, herrajes, espuma para el fondo y los lados, la tela para cubrirla, los vidrios, en fin, todos los elementos necesarios y puso manos a la obra.
 
Como le llegaba trabajo con frecuencia, dedicaba a su morada mortuoria unos minutos al día, pero poco a poco las tablas ya estaban cepilladas y listas para ser talladas y ensambladas; esto lo hacía en secreto y cada día cubría con una tela lo que adelantaba para que nadie lo viera. Los años pasaron y, de pronto, se dio cuenta que su obra de arte ya estaba y terminada, sólo faltaba el muerto, o sea él mismo. Fue donde el cura a confesarse y le dijo su última voluntad, que lo sepultaran en ese ataúd que ya estaba terminado y listo. Por supuesto, el sacerdote no tenía idea de lo que le pedía y después de la confesión lo llevó a su taller y se lo mostró; el curita quedó maravillado y le dijo: “don Carlos, ese hermoso cajón es digno de un obispo… o del Santo Padre”.
 
Muy contento por haber terminado su féretro y hablado con el sacerdote para dejar claro su deseo de ser enterrado en su maravilloso cajón, y como tenía poco trabajo decidió tomarse unas vacaciones en la costa Caribe de Colombia. No conocía el mar y soñaba con el momento de verlo y bañarse en esa inmensidad de agua tan hermosa que veía en los almanaques, postales y la TV, así que empacó lo necesario y voló a Santa Marta donde disfrutó de las playas y pensó como había sido de torpe para no realizar este viaje años antes y repetirlo muchas veces. De allí partió para Barranquilla y se asombró al saber que el mar estaba retirado varios kilómetros, pero eso no era inconveniente, así que viajó a Puerto Colombia.
Nadie conoce su destino; lo que ha de suceder ocurre para bien o para mal, el día que se metió al mar en este hermoso lugar, las olas lo arrastraron mar adentro y él no sabia nadar, se supone (porque nunca se recobró el cuerpo de don Carlos) que fue devorado por los tiburones. En su pueblo el taller permanece cerrado con candado porque todos esperan su regreso. Nunca supieron de su triste suerte.
Edgar Tarazona Angel
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Descripción

Con tantas muertes por la pandemia y la cantidad de atades que muestran las noticias se me ocurri este relato

Palabras Clave: Carlos ataudes fretros carpintero muertes cura tiburones mar

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (6)add comment
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gabriel falconi

Cumplió su sueño . Me gusto!!!!.Curiosamente tengo un cuento corto publicado aquí con la misma temática que se titula" El ataúd de oro".
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August 13, 2020
 

Mara Jos Ladrn de Guevara

En este hermoso tránsito que es nuestra vida son innumerables los sueños que abrigamos en nuestra alma; a muchos de ellos los alcanzamos con satisfacción y orgullo para atesorarlos en el preciado marco de nuestro ser. No obstante, otros tantos quedan a medio camino supuestamente olvidados, pero no es cierto, porque sí existió la noble energía de un anhelo que dio forma a una digna constancia.
Con todas las virtudes de nuestro fabricante de ataúdes, cuya habilidad le permitió también confiar en construirse su propio féretro, desarrolló con ellas un perfil que le brindó un camino para recorrer con ilusión, dicha y placer.
Es cierto que la muerte siempre se manifiesta con dolor; sin embargo, es solo un instante... La vida, llena de sueños es mucho más extensa.
Hermoso cuento, amigo.
Un abrazo
María José.
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August 05, 2020
 

Edgar Tarazona Angel

Estimada María José, no sabes con cuanto agrado leo tu comentario, eso es estimulante y motivador. Tuve una niñez muy rica en anécdotas en un pequeño pueblo y, esas historias, las sigo recreando a mi manera y tratando de poner un poco de humor.
Gracias, personas como tú hacen que yo desee seguir publicando.
Abrazo
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August 12, 2020

kalutavon

Dicen, creo que dicen bien, que al nacer hacemos un pacto callado con la muerte, esperamos por la parca toda la vida, pero ella decide el momento en que llegará. Por eso Edgar, a qué preocuparnos y prepararnos tanto. Bien escrita la paradoja que nos haces conocer, Ah, Don carlos tuvo la mejor mortaja y ataúd que la naturaleza puede proveer... El mar.
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August 01, 2020
 

Edgar Tarazona Angel

Gracias Kalutavon por tus comentarios. Yo pasé en un pequeño pueblo donde pasaba de todo y de esos recuerdos, más algunos agregados de mi imaginación, Salen las ideas para la mayoría de mis escritos. Amo el mar
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August 05, 2020

kalutavon

Las ideas que se convierten es historias literarias surgen estimado Edgar de diferentes orígenes. Hay cientos, por no decir miles de situaciones que dan lugar a la creatividad literaria, deja que de tus vivencias y demás emerjan historias interesantes o no, ya el verdadero lector las apreciará. Solo amigo, no cometas el error de escribir siempre del mismo tema, solo cambiando escenarios, quienes lo hacen muestran lo estrecho de su imaginación. Hasta hoy recuerdo con agrado aquella historia de los jóvenes que llegaron a un hotel de provincia y tuvieron una experiencia fantasmal, también el relato del viaje por mar donde perecieron todos los tripulantes y ahora éste, todos nacieron de recuerdos de experiencias personales. Ese es el asunto, diversidad de temas, porque siempre hablar de los mismo causa repulsa. En espera de la narración de otra historia que compile tus recuerdos quedo con interés.
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August 06, 2020

Edgar Tarazona Angel

Kalutavon, de nuevo gracias por tus comentarios y sugerencias. Eso es lo que se debe hacer. Hace unos años pertenecí a una página que parecía una floristería; cada publicación de uno de los escritores era recibida con enorme cantidad de elogios, algo así como: Fantástico, genial, eres lo máximo, mereces el Nobel, etc. Eso me aburrió y me salí. Me reservo el nombre del sitio.
Un abrazo mi amigo virtual hermanado por las letras
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August 12, 2020

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