El suave canto de un canario.
Publicado en Sep 02, 2020
Suspiré al pillar la taza de barro con chocolate caliente, mientras apreciaba el atardecer se aproximaba lentamente con cada sorbo que daba, un lindo canario de alas cafes y cola blanca se postró en el balcón a un lado de la maceta de girasoles para deleitarme con su apacible canto, moviendo sus pequeñas patas de un lado a otro al cantar alegremente; coloqué la taza en el tapete de la mesita de noche que mi abuela Marie me obsequió en la navidad de 1997, agarré la tinta y el conjunto de hojas que se en encontrabam ordenadas cuidadosamente en la gabeta, me sentí por un momento con el deber de plasmar la felicidad de esta dulce ave, el cielo ofrecía un bello escenario resaltando la delicadeza del animal con suaves tonos morados, naranjas y amarillos; mi muñeca, mi mano y mis dedos desgastados por los años realizaban los trazos como en mis días de juventud, recordandome al 16 de Marzo de 1987 en las calles de la Ciudad de México, donde conocí la tienda de el español Franciso Gorgüa, el lugar siempre te recibía con un exquisito aroma a cafe recien preparado, mostrando en estantes altos y oscuros los productos que importaba de primera calidad iluminados por los brillantes candelabros dorados que colgaban con del techo, la sonrisa que mostraba al atender a las personas que iban a hacer sus compras hasta el final.
Fue ese día en una linda mañana, con el sol resplandeciente y las flores embelleciendo los jardines del parque central, mi bisabuelo decidió llevarme con él para visitar a su joven amigo, así como este danzante pajarito paseante entre mis macetas así logró cautivarme el señor Gorgüa, mientras me halagaba por mi vestido rojo con lunares blancos y reiterando a cada momento que tenía unas preciosas facciones me mostraba sus artículos regocijándose al ver mi gran interés, fue en el momento que llegamos a las imponentes vitrinas donde a lo largo de mis veinte años pude apreciar por primera vez un tintero de plata junto con una colección de pinceles decorados elegantemente con un canario grabado en su refinada madera, al igual que con Francisco me enamoré a primera vista, después de encontrar a la persona y los objetos que marcarían mi futuro, regresé a mi humilde hogar prometiendo ir a la tienda de mi amado hasta que el destino me lo impidiera amargamente, un día tras otro llegaba trayendo diversos frutos que nacían de las ramas de los árboles de mi bisabuelo o los panes que mi abuela vendía cada domingo, teniendo largas charlas hasta el atardecer y volviéndonos más cercanos con cada palabra pasaron siete cautivantes meses, hasta que llegó el día donde en una noche de otoño las hojas se desprendían adornando nuestros pasos, me regaló el brillante frasco de tinta junto con los pinceles, pidiendome ser su compañera de vida, prometiendo amarme hasta la eternidad, esa fue la forma en la que ese hombre logró conquistarme con sus encantos, su linda sonrisa, su conocimiento y ¿Cómo olvidarlo? Su dulce voz me hacía enamorarme con cada canción que me dedicaba mientras me observaba con sus grandes ojos dorados transmitiendome el gran amor que sentía por mí. Al alzar mi vista después de terminar con los detalles del dibujo note que el sol se marchó con el pequeño canario que me había entretenido con su conmovedor silbido. La nostalgia invadió mi alma al ver el animal inmovil en la hoja café, de una u otra forma sentía como si mi apreciado esposo acudió a nuestro hogar para recordarme con su hermoso canto que aún en mis momentos de soledad él no rompía su promesa de estar juntos infinitamente. -Briana Farrera.
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Raquel
Briana Farrera
Me alegra muchísimo que le haya encantado, muchas gracias, igualmente, ¡abrazos y saludos desde México!
Magnolia Stella Correa Martinez
Saludos desde Colombia.
Briana Farrera
Saludos desde México.
kalutavon
Briana Farrera
Saludos.