Melodía de un pianista en agonía.
Publicado en Oct 02, 2020
En aquella tarde de invierno se escuchaba una tenue melodía en los pasillos, proveniente del salón de música, en esa habitación se encontraba un piano de cola, en su totalidad blanco y resaltando su color puro con las sombras de la oscuridad, en el banco acojinado yacía sentado un joven de mediana cabellera lacia con un traje negro como el cielo de la noche, sus mechones cubriendo una parte de sus ojos rasgados moviendose con cada pulsación que las teclas recibían, la luz de la luna llena iluminando sus manos delgadas finas y sus dedos largos que se balanceban en el aire con meticulosidad, su concentración notoria por sus expresiones era determinante.
Etude Op.10 No.3 de un recordado pianista, Chopin se hacía presente en esa sala, protagonizando el momento, pero había algo que resaltaba, la pieza seguía lo que marcaba la partitura pero lo que se escuchaba en ese momento no parecía posible, cada tecleo transmitía ondas de emociones, se podía sentir su dolor. En las tinieblas de soledad sus brazos se balanceaban con destreza, su cabeza se mecia al son de la música, expresando con suavidad su sufrimiento, deslizando sus manos entre las teclas negras y blancas con gran fluidez. Las ondas de su traje se movían con ligereza mientras tocaba para sentirse vivo, los fragmentos de la canción salían de forma bella con los movimientos de las articulaciones de aquel hombre. En ningún momento alzó la vista hacia la partitura, esa pieza solo era de él, algo que una pobre alma sería capaz de transmitir sin poder ser interpretada por nadie más. Todo era apasionado, el brillo de sus ojos resplandecían con los destellos de la noche estrellada, su esencia era indiscriptible, ninguna comparación sería justa para tan espléndida aura. Alzando, bajando, desplazando su cabeza de un lado a otro como si de una pluma en el viento primaveral se tratára, las notas aumentaban y disminuían constantemente, su mente perdida en sus pensamientos trazaba con devoción sus pensamientos, las lágrimas combinandose con las gotas de sudor escurrian en sus mejillas sonrojadas, el cabello se levantaba cada vez que la melodía se hacía mayor, las gotas no solo provenían de él, la lluvia lo acompañó en su pena llorando con el pianista, un gemido débil de desesperación salió de su boca seca, con desconsuelo paulatinamente el tono bajo y las últimas teclas tocó. En el silencio agachó la cabeza mostrando una pequeña sonrisa, contemplando las teclas sin intención de apartarse, el sudor resbalando de su mejilla y su respiración agitada interrumpian la tranquilidad del lugar, sus manos temblorosas marcando el inicio del fin o el comienzo de un momento nuevo. Conmocionado camino hacia la ventana del aula, clavó su vista en la brillante luna de ese día, los copos de nieve bajaban despacio del cielo, sacando su mano por la ventana sintiendo por primera vez la nevisca en su vida, desconsolado se sentó en el borde del balcón, recordando las emociones que antes había presenciado, repitiendo en su cabeza el sonido que lo acompañó en su agonía, y que lo haría de nuevo por el resto de su vida. -Briana Farrera.
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Raquel
Desgarrador relato desde cómo se va iniciando la melodía, cómo se mueven las ondas de su traje al compás de esa melodía..
Cuando con su gemido llega junto con el toque de las últimas teclas . el silencio mirando a las teclas sin tocarlas y su cabeza gacha con la sensación de haber sacado desde su alma esa última melodía lo deja ya complacido..
El roce de sus manos con la nieve y el recordar otras emociones cierran con emotivo marco este conmovedor relato...
Me encantó Briana y me emocioné.. Besos Raquel
Briana Farrera
María José Ladrón de Guevara
Además, teniendo la maravilla en los sentidos auditivos de la pieza en cuestión, el aprecio de todo como conjunto escénico, es una completa virtuosidad.
Por eso y por más, me lo llevo a favoritos.
Un cariñoso saludo, Briana.
María José.
Briana Farrera