Sé dónde vas
Sé adónde vamos
Pero no sé dónde voy
 
Tomas mi mano, sonríes de ese modo
Sabes los caminos
Sabes que tengo sed
Sabes qué haría lo qué fuera por saciarla
Y sonríes
 
Las calles atiborras de arboles moribundos
 del ruido de las voces de fantasmas sin rostros que nos miran pasar
y me tiras la manga, alumbrando con tus ojos las cuevas vacías de los míos
Quieres que llueva, me dices
(ya haremos ese acto mágico los dos), te respondo
Me miras
Tiras mis dedos como queriendo arrancarlos
Dices que soy un muñeco de colección
Qué hay una tumba para mi junto a ti
Bajo un árbol tibio y gris de sabanas cansadas
Y me conduces por entre alabardas de cristal enmohecido
Como una parca benévola
 
No tengo miedo
Ahora es ansia de ti lo que siento
No tengo miedo
Este palpitar agitado que me enceguece
es locura
es desespero
es lujuria en su grado máximo
 
Antes de derribar ambos
la cancela oxidada de tu sino
te abrazo por la cintura
y beso tu boca
y como tu boca
y muerdo tu boca
hasta hacerla sangrar de tu risa
 
Es hora de cerrar las cortinas
Dejar las horas afuera
Danzar entre las sombras
Ésta es nuestra hora
Es la hora de los dos…