¿Por qué duele fracasar?
Tal vez porque no nos anticipamos, ni nos preparamos para esa probabilidad. 
Ni nos enfocamos en evitar que ocurra, haciendo un plan progresivo para triunfar, pausas para evaluar el progreso y áreas a mejorar o preparamos un plan de contingencia. 
Cada vez que emprendemos algo, negocio, una carrera universitaria, curso, una competencia, una relación de amistad, matrimonio, sociedad, estamos esperando los mejores resultados, queremos triunfar, queremos tener éxitos. 
Hasta nos anticipamos a ello, creamos expectativas, ansiamos poder disfrutar y tener esos resultados anhelados, hacemos planes a futuro lejano: "con las ganancias me compraré un carro", "me iré de viaje con ese dinero que obtendré", "envejeceremos juntos". 
No es malo nada de lo que ya he planteado.
Pero, ¿porqué duele tanto el fracaso? 
Porque es un golpe a nuestros propios deseos. Por que no es lo socialmente aceptable y esperadoPor la presión de las expectativas de otros sobre ti y lo que emprendes. 
Es que desde niños premian los buenos resultados más no el esmero y esfuerzo. No evaluamos las individualidades. Un 5.0 no es igual, si lo gana quien tiene todo un alto coeficiente intelectual, buena alimentación, un entorno familiar que propicia hábitos de estudio, te proporciona tutores y herramientas para ser exitoso. Al 5.0 que gana el niño que solo come 2 veces al día, no lleva meriendas a la escuela, su madre es analfabeta y no puede ayudarle en las tareas. Su padre golpea a su mamá, él estudia a la luz de la vela. 
Castigan el fracaso, la nota que definen como regular, las decisiones que escapan de lo que enmarcamos como aceptable de acuerdo a cada entorno cultural y social. 
Hay mucha interioridades en una situación de "fracaso", muchas aristas, solo quien vive la historia sabe cuanto se esforzó y preparó para triunfar o cuantas vicisitudes enfrentó. 
Aunque los resultados parezcan lo mismos cada realidad es distinta.
DivorcioGraduaciónLa compra de un carroLa muerte de un padre de familia
2 motivos de éxitos2 motivos de dolor
Pero que no son iguales, ni se viven de la misma forma
Digamos por ejemplo la muerte del padre de familia:
Caso 1: la muerte de un profesional exitoso, con muchas posesiones, que se preparó para la probabilidad que tenemos todos de morir. Deja póliza de vida a su familia, deja sus finanzas en orden.
Su ausencia es un duro golpe pero amortiguado por la preparación de un hombre líder y sabio.
Caso 2: la muerte de un padre de familia que era el único sustento del hogar, ganaba sueldo mínimo, tenía muchas deudas y pocos ahorros, no se imaginó morir en la plenitud de la juventud. 
Deja una familia numerosa porque nunca hubo una planificación familiar, y una esposa sin preparación académica y experiencia laboral. 
Podemos juzgar el resultado pero cada fondo e interioridad es distinta.