Cómo vivir
Publicado en Oct 19, 2020
Creo no ser capaz de entender como puedo odiar algo tan increíble como lo es la vida misma, es un regalo, pero creo que solo no he sido tan lista como para saber manejarlo bien.
He vivido desde hace ya bastantes años con el propósito de satisfacer a las personas que están a mi alrededor, intento ser alegre sin serlo realmente, intento ser la mejor para nunca ser causante de decepción, y me siento como la basura mas grande del mundo cuando no lo consigo, intento estar allí para mis amigos en cuanto puedo, pero a veces se me superponen cosas y no lo hago, lo cual me convierte en una mierda de amiga. Me ataco a mí misma de la manera mas cruel que existe para ver si mejoro, pero parezco no avanzar; pero siempre tuve la idea errónea de que no hay nada que me haga realmente feliz, por eso complazco al resto, encontrando mi felicidad en la de ellos, pero es la mentira mas grande que me he dicho. Soy feliz con el arte, y en muchas otras cosas, realmente feliz, y el único motivo por el que no sigo mis sueños es porque no quiero decepcionar a nadie, no me arriesgo a ello y es porque el miedo que le tengo a la soledad es increíblemente grande, tan grande que prefiero tener una vida miserable a estar sola, pero la soledad de la que hablo es la que aun estando rodeada de personas estas totalmente sola. No podría describir el sentimiento que me inunda, un vacío tan grande en el pecho, unas ganas de llorar, de hundirme, algo que es tan profundo como malo. El sonreír falsamente se ha vuelto natural, y sin duda alguna lo he hecho por tanto tiempo que hay personas en mi vida que no me han visto feliz realmente. No odio vivir, pero si la manera en la que decidí hacerlo, no tengo la valentía para quitarme la vida, y me llena de coraje ver lo inútil y débil que soy, quisiera tanto quitarme este disfraz y mostrarme quien soy, pero me sobran los dedos de una mano para contar cuantas personas me apoyarían y no me dejarían. Soy tan falsa que me he creído mi propio engaño. No soy perfecta, eso lo sé, y probablemente no les agradaría a todos, tampoco es lo que quiero, pero cada vez que intento ser yo es mi propia familia la que me dice la horrible persona que soy, insisten en que cambie, ellos no me podrían amar jamás, estoy segura de que soy un monstro para ellos al igual que para muchos otros. Así que seguiré siendo así, intentando ser la hija que mis padres quieren, la amiga que necesitan, y mi más grande enemigo.
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María José Ladrón de Guevara
Pero este defecto no es contaminante como sí lo son el resto de las imperfecciones de las gentes y, en definitiva, es lo que te defrauda. No eres tú, y aquellos que pretenden que cambies, es que no te comprenden.
En tu relato advierto claramente y sin dudarlo, Johanna, que posees suficientes virtudes para sentirte orgullosa de ti misma y es hora que se te de la oportunidad de encontrarte con los que reconozcan lo bello de tu ser.
Cariñosamente deseo que encuentres el espacio que mereces.
María José.