La injusticia del amor.
Publicado en Dec 09, 2020
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Son las 22:03, y de nuevo mi mente se nubla de pensamientos que creía a ver olvidado, deseo hacerlo. Son ese tipo de pensamiento que deberían llevarte a la felicidad, no obstante, a mi me llevan hacia el camino de la amargura, ya que recuerdo ese día en el que me dijiste te quiero y seguidamente me dabas un beso en la cabeza mientras me abrazabas. Ya ni el alcohol puede curarme estas penas, ni esas quedadas con mi grupo de amigas. No comprendes lo que llegaste a generas con solo una acción; me mentiste. Necesitabas tiempo, y yo te lo di, yo era, y sigo siendo capaz de darte todo el espacio del mundo, con tal de que tú estés bien, pero la manera en la que me ignoras hace que pierda todo el interés y prefiera guardárme el viaje para dárselo a otra persona. Lo nuestro era tan perfecto, las noches lluviosas, los dos abrazados mientras sentimos el latir del corazón del otro. Si te soy sincera en esos momento me podía llegar a imaginar un mundo en el que estuviéramos los dos juntos; llendo a eventos importantes, como esa típica cena de empresa con acompañate, esos días nublados en los que estrías para convertirlos en plena luz, en mis días más felices para compartirlos contigo. Quería que todos supieran el amor que nos teníamos, quería que todos se murieran de la envidia al ver un amor como el nuestro, ya que como ese no había otro igual. Siempre he dado todo de tí, pero ya veo que no valió para nada, ¿quizá ella te daba más atención de la que yo te daba?, cosa que no entiendo porque yo sacaba tiempo de cualquier momento, a un que estubiera muy ocupada, siempre sacaba tiempo para tí, te preguntaba por todo, tu familia, incluso tu gato. O a lo mejor ella te habla de cosas que te interesan, pero es que yo podía hacer el esfuerzo de descargarme cualquier juego, verme cualquier serie, solo por tener tema de conversación, pero siempre me decías que no hacía falta. También me preocupaba por tí, si estabas bien, felíz contigo mismo y, siempre me contestabas que sí, incluso me decías que cuando hablabas conmigo eras el hombre más felíz del mundo, que yo iluminaba tus días y te sacaba sonrisas. 
Un día yo te dije que soy muy insegura y que siempre me he sentido el segundo plato de todos y que seguramente algún día te cansarías de mí y me dejarías de hablar. A lo que tú respondiste no tranquila, yo nunca me cansaría de tí, antes te cansarás tu de mí. Que ridiculéz, ¿cómo me cansaría de una persona tan increíble? con tantos temas de conversación, con tantas sorpresas que podía descubrir en tí, esos ojos café que me transportaban a otra galaxia y me hacían olvidarme de todo. También me dijsite que que te hacía ilusión hacer las típicas peleas de quién quería más al otro, a lo que yo te decía que yo más. Creo que gané. 
¿Realmente me tenías como un segundo plato? Yo estaba ahí simplemente para complacer tu ego, o quizá para poner celosa a la chica que de verdad te gustaba. Me parece asqueroso jugar así con los sentimiento de una persona, y me parece muy triste, que con una persona que has compartido tanto no llegues a decírle un mísero hola, como estás.
Últimamente estoy perdiendo el gusto por todo, no tengo la misma ilusión. No me centro en mis estudios, y odio eso, porque me parece una tontería estar perdiendo mi educación por un imbecil que no me piensa de la misma forma que le pienso yo y que no me valora. 
Desde hoy estoy aprendiendo a quererme y valorarme más a mi misma. Intento meterme en la cabeza que todo de mí es perfecto, cada imperfección, rasgo, cicatríz... 
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Foto del autor Mery
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Descripción

Quirete, ya que nadie lo har mejor que t mismo/a.

Palabras Clave: Quirete

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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