Agravio
Publicado en Dec 14, 2020
Agravio
La esperaba, como siempre los primeros días de noviembre, llevaba muchos inviernos en las alforjas y su diario de vida garabateado casi todas sus hojas. Paciente en la impaciencia de tantos años perdidos saboreando el salobre de aquellos besos extraviados entre los surcos profundos de su tez ajada. La esperaba todavía, finalmente esperar no cuesta nada. De pie bajo aquel árbol que conocía muy bien de su penar. Con un ramito de azahares entre sus temblorosos dedos como una sorpresa de desagravio por no haber llegado en la fecha acordada. ¡De pronto le pareció verla venir!, la vio entre la niebla que nace de la decrepitud, hermosa, con el garbo grácil del lejano día en que se despidieron. Se acercó a él con una sonrisa triste, exenta de reproches. Al estar cerca, él extendió el ramito de azahares, se le nubló la vista y se le quebró la voz. ¡Perdóname!, solo atinó a decir. Ella extendió los brazos y al abrazarlo con mucha ternura le susurró al oído: —Ella murió hace algunos días. Nunca se casó ni amó a otro hombre. —Yo soy su única nieta. Antes de morir me pidió le dijera que las citas de amor tienen fecha de caducidad y para quienes las incumplen, su castigo es esperar.
Página 1 / 1
|
Briana Farrera
Briana Farrera
Magnolia Stella Correa Martinez
Fascinante relato con final inesperado. Como siempre, es un placer leerte.
Un abrazo, Kalutavon.
kalutavon
Pamela
Excelente relato, no me imaginé el final... me sorprendió...
kalutavon