17.08.02
Recuerdo mi triunfo, aquel que deje en el pasado.
Antes de anoche soñé con un momento que había vivido antes y en el cual se disfruta la poesía de la bestia.
Fui designado para leer un poema creado por mí, para celebrar y honrar el día de la madre, ahí estaba yo parado frente a al público que repletaba un gimnasio, todo el liceo mirándome y todas las madres invitadas entre las cuales se encontraba la mía. De repente un gran silencio se apodero del lugar y comencé a leer la creación, una vez terminada un silencio reinante aún dominaba el lugar y yo estaba ahí nervioso y expectante de cuál sería el resultado de mi obra, cuando mi mejor amigo rompió el silencio con fuertes aplausos y todos lo siguieron, aplaudían con fuerza, mi corazón latía a mil por minuto y un baño reconfortante de triunfo me controlo en ese momento, ver como se paraban para aplaudir y gritar, fue genial, luego de eso levante mis manos en señal de triunfo y fui a regalar lo escrito a mi madre, la cual demostraba orgullo en su mágica mirada.
Recuerdo mi triunfo, aquel que deje en el pasado, no me demore nada en escribir ese poema y a mi pensar no estaba como para recibir tantas ovaciones y aun así las gané, ahora ese momento quedará grabado en mi mente para no borrarse jamás.
No me había acordado de lo vivido, pero ese sueño me demostró que mi talento agrada y  que si tuviera la oportunidad el mundo entero leería a este poeta que se hace llamar la bestia.