El cantante del mar.
Publicado en Jan 11, 2021
El cantante del mar.
Un peculiar visitante se presentaba a diario en la banca frente al mar, siendo la más cercana que al llegar una grande ola tus pies se mojarían con suavidad, sin importarle llegaba con unos pantalones grandes y holgados los cuales en su regreso por la arena marcarían el camino con sus gotas escurridizas. Los días de lluvia prefería no ir, sino pasar el rato en su hamaca deshilachada, prendía su lampara y escribía sobre una aventura fantástica que nadie leería. En el amanecer rezaba a Irene, diosa griega que había conocido por casualidad; cantando se dirigía a su pequeña cocina para tomar un buen té, nada le faltaba desde su percepción, solo vivía el momento. La gente notaba su estadía en la playa por sus cantos afinados, tan solo escucharlos por segundos te erizaban la piel, si prestabas más atención deducirías sin tener el conocimiento necesario que cantaba opera, la curiosidad los invitaba a acercarse pero nunca a hablarle. Los perros callejeros se sentaban junto a él, agarrando los bollos que llevaba para comer. En sus momentos de silencio era fácil confundirlo con un vagabundo por su cabello desordenado, una barba larga descuidada y prendas de vestir viejas, causando lástima sin saber los hechos. En el anochecer compraba un poco de pan para acompañarlo a observar sus recuerdos de alto brillar, fotografías donde solo el resaltaba y nadie más, en sus audiciones para el canto, en su debut, pero he aquí en la actualidad, siendo un pobre hombre que en algún momento llego a la fama y ahora solo es una persona extravagante sin saber que hacer en su caminar, llamando la atención de la gente por sus talentos que dejaron de llevarlo a algún lugar, siendo conocido por arruinarse la vida pero también por embellecer los sentidos de los demás. Una tarde después de seguir su rutina por años, se sentó en la banca de metal oxidada, con una pasión desorbitante cantó su última canción, transmitía un lamento y una agonía pero aún con todo la emoción era hermoso, unas notas perfectas. Los perros se acercaron para recoger todo el alimento que pudieran pero se toparon con una gran bolsa de panecillos calientes, un señor dormido en el respaldo con profundidad y un silencio calmo. La gran manada aulló, las aves volaron en circulos y la gente se acercó por el escándalo. Muriendo con su cuaderno a su lado, la descripción de la decepción de su vivir y sus locas fantasías eran lo único que sabían de él provocando que fuera recordado por el cantante del mar. -Briana Farrera.
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Lucy reyes
Excelente relato
Felicitaciones
Cordial saludo
Lucy
Briana Farrera
Raquel
Triste final del gran cantor de opera, quien no se desprendió de su cuaderno ni aún en su último aliento antes de partir por los caminos de la eternidad donde su opera se habrá de escuchar en el cielo junto a los Ángeles y a Dios.
Me conmovió Briana tan hermoso relato.. Felicitaciones.. Que Dios te bendiga.. Raquel
Briana Farrera
LUCIANO R. CORDERO
Briana Farrera
humberto bermudez
Briana Farrera