¿Niña buena?
Publicado en Jan 25, 2021
Crecer y desarrollarse como mujer con la imposición de ser una “buena niña” fue una mochila con la que siempre cargué, y en verdad, nunca entendí muy bien el peso que eso significaba. Nací rodeada del amor de mi familia y con buenos amigos. Sin embargo, siempre me sentí distinta a mis pares…diferente tanto física como emocionalmente. Ellas eran mucho más jugadas, aperradas y atrevidas que yo…con mucha más personalidad para enfrentar cualquier situación que se les pusiera por delante.
Vivir los días a concho es algo que aprendí muy tarde, para mi gusto…disfrutarme y disfrutar en todos los aspectos en que un ser humano puede hacerlo es algo que vino a mí muy lentamente. Si pudiéramos graficarlo, sería algo así como cuando se vive en una burbuja…donde eres tú y tu mundo…donde la zona de confort no nos permite dañarnos. Donde no hay cabida para el dolor ni el fracaso, menos para los cuestionamientos existenciales… ¿y vaya que aprendemos cuando nos permitimos vivirlos verdad? Pero sin duda, una vez que te das el permiso de realmente “vivir”, no hay vuelta atrás. No hay punto de retorno, y desde ahí lo que venga hacia adelante, es puro aprendizaje y experiencia. Recuerdo perfecto cuando comencé a trabajar, todo era color de rosas. Estaba a cinco minutos de casa, hacia lo que me gustaba, tenía la posibilidad de compartir a diario con gente buena…bueno, otras no tanto, esto es algo que también logré visualizar con el tiempo y en perspectiva. Así comenzaron a pasar los días, los meses, los años…y yo seguía ahí…en el mismo sitio, con la misma gente, haciendo lo mismo…una perpetua rutina y un eterno estancamiento. ¿Cuál era la salida? ¿por donde empezar? ¿Cómo avanzar? Me repetía a diario estas preguntas, y por más que buscaba no encontraba las respuestas. comencé a buscar un nuevo trabajo. Quizá ahí estaba la solución a esta búsqueda incesable de encontrarme, de descubrir de una buena vez, mi verdadera esencia. Iba a entrevistas laborales y el típico “te llamamos”, se hacía cada vez más intolerable y frustrante. Seguía donde mismo y mi vida continuaba paralizada, los días seguían pasando como si nada y yo, sin saber lo que realmente significaba vivir. A esto se sumaba la bendita “presión social” que te dice que a cierta edad debes “conseguir cosas”. Auto, casa propia, pareja, hijos, éxito laboral, etc. Han visto algo más detestable y frustrante que eso… ¿por qué nos tienen que decir lo que “debemos” lograr? Un día recibí un llamado que cambiaría el sentido y el rumbo de las cosas. Me ofrecían un reemplazo laboral por seis meses, en un área que no era la mía, por lo que era un trabajo completamente desconocido. Para muchos era una locura pues de tomarlo, después de ese tiempo, pasaría a ser una cesante más. Pero bajo todas las expectativas decidí tomar el riesgo y aventurarme a aceptar, ¿Qué era lo peor que podía pasar? En menos de dos semanas yo ya tenia una renuncia a cuestas y un nuevo desafío laboral que afrontar. Llegué a la que sería mi oficina llena de miedo e inseguridades. Llena de temores y fantasmas, que se fueron disipando con el paso de los días, gracias a la ayuda del que se transformaría en el motor de todo lo nuevo que vendría para mi vida, él…
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María José Ladrón de Guevara
Un cariñoso saludo, Gloria.
María José.
Gloria Astorga Villagra
María José Ladrón de Guevara
He aceptado con agrado tu solicitud de amistad. Espero construir un provechoso lazo virtual con ello.
Respecto de lo inconcluso de tu cuento, con las herramientas que has mostrado tener, confío en tu virtud para transitar por una fantasía que nos entretenga.
Cariños
María José.