Reencuentro
Publicado en Feb 07, 2021
Volver de las Orión a la tierra,/ luego de mil vidas,/ al perverso edicto de Eros siguiendo el designio de un juez de mano implacable./ No puede saberse si el habernos reencontrado/ sea designio de ángel o demonio, pero tuvo la fuerza de lo inevitable./ Te escribí el número de mi corazón/ apostando todas mis certezas/ a que no te atreverías/ a romper mi signo solitario/ con que fui marcada al nacer/ por una suerte de profecía ridícula/ que se me antojó./ Pero te atreviste,/ rompiste uno a uno/ todos mis hologramas preconcebidos/ y me llevaste contigo,/ en el bolsillo de tu corazón./ A veces/ parece que me pierdes/ olvidada por ahí./ Vas y vienes/ mientras te espero furiosa / en medio de mi muy real desierto imaginario que me envuelve/ mi soledad autoprogramada./ Como si no supiera/ de la inmutable voluntad de todas las cosas/ porque así/ un juez de mano implacable lo planeó.// 29.01.2021. |
María José Ladrón de Guevara
Reconozco francamente un enorme talento.
Saludos, Oriana.
María José.
(Me agradaría un recibo de tu parte)
Oriana Di Gonzalo
El juez tiene la culpa de todo, como siempre.... ¿Te imaginas que la vida fuese solamente así?
Culpar a un ser imaginario por todos los resultados de nuestras decisiones que tampoco serían nuestras decisiones, si no más bien actos guiados como por cuerdas invisibles de un titiritero.
Todo estaría resuelto de ante mano, aunque el resultado final tal vez seguiría siendo una incógnita.
Me pregunto, si igual manera seguiría valiendo como Vida una realidad así.
Por lo demás debo agregar, en honor a la verdad, no todo es mérito mío, si no que es compartido con mi profesor del taller de Poesía que corrige y pule mis textos.
Me pregunto, si igual seguiría valiendo como vida una realidad así.
Un gran saludo.
Atte.
Oriana Di Gonzalo.
María José Ladrón de Guevara
Lo segundo, comparto la inquietud que haces acerca de imaginar una vida donde todo se nos entregara resuelto. En nuestra lengua local le llamaríamos FOME.
No obstante, cuando menciono esas culpas endosables al juez, me refiero a los jueces externos que normalmente intervienen en nuestro vivir, quienes nos juzgan a través de sus ideas subjetivas y no de nuestros ideales objetivos.
En mí modo de construir una existencia interesante, desafiante, entretenida y dichosa, ha de estar presente por encima de todo nuestra consciencia, a quien debo someter toda mi obediencia y es ella el producto de un paulatino existir bien aprovechado, aceptando que muchas veces es afortunado.
Para terminar, jamás aceptaría un titiritero en mi vida, pero no puedo dejar de reconocer que existen factores ajenos que fuerzan el desarrollo de nuestras existencias.
Un profesor no es un juez y estoy segura que el tuyo debe sentirse orgulloso de tu talento y de su oportunidad de participar en él.
Gracias, también, por darme a mí la oportunidad de contactarme contigo.
Un abrazo.
María José.