Cuando el último pétalo cayó del cielo, la flor silvestre decidió que era su fin, ya no habría más círculos, sería un fin descente.No había nostalgía en la flor, era un ocaso esperado sin más remedio. Por más que quisiera esa flor volver a brotar, sabía muy en el fondo que no volvería a salir un pétalo de su botón, el cielo no era anaranjado, era un azul claro, tampoco era medio día, no existían tantas explicaciones. Una de las hormigas comenzó a escalar por el tallo, con sus antenas se dió cuenta de lo que estaba pasando a su ya vieja cena, no hubo ningún remordimiento por los viejos recuerdos, así que solo descendió del tallo ya todo débil y procedio a marcharse.12 hojas comezaron a caer del árbol, una a una desfilo alrededor del acontecimiento, ninguna era de color verde, eran color café, estaban tostadas por el sol crudo de un invierno entrante. Ya no había segundas o cuartas oportunidades, esto era el ataño del viejo otoño...