Kendall Calderón Méndez 05/03/2020
-Primer ser humano-
Un día salí de mi casa y nadie me hablaba, ¿le a todos? -No lo sé. Los perros no ladraban y tampoco movían la cola, las aves no volaban y las maquinas no funcionaban. Mi madre se estaba bañando y una vergüenza atemorizó mi rostro, ni siquiera una nota vibró de mi garganta así que corrí… corrí por toda la ciudad y comencé a caminar, porque mi respiración me asustaba, el silencio era tan absoluto que mis pasos aturdían y mi llanto destrozaba. El mundo estaba vacío, corrí a casa de cada persona familiar, pero no hablé con ninguna; Algunas puertas no las pude abrir, otras la abrí, pero no había nadie y el vacío aumentaba hasta el punto de inquietarme, pero en las que sí había personas, una vergüenza volvió a mí, peor que nunca, más feroz, más abrazante. Me amarró y me azotó con tal fuerza que desprendió mi ropa y mi piel de mi carne y volví a salir corriendo porque el sonido de mis azotes hizo sangrar mis oídos desmesuradamente seguí y seguí hasta llegar a una iglesia, estando allí mi debilidad por los azotes era más pesada y muchos chorros de sangre brotaban de todo mi cuerpo hasta que me desmayé.
Estaba yo en el espacio y todo era igual que en la Tierra sin vida, sin color y sin ese maldito sonido. ¿Era real?... Ese maldito e impalpable sonido. Jamás filosofé en cuán importante era cuando lo tenía. Visité cada planeta y en ninguno existió el sonido. Comencé a elevarme hacia arriba. ¿O quizá hacia abajo? -No lo sé, el espacio es muy basto. Observé una estatua de Afrodita y se volvió polvo, seguí ascendiendo y miré una estatua de Venus que también se volvió polvo seguí ascendiendo y atravesé un portal de luz resplandeciente y blanca. La blanca luz me cegó unos minutos y cuando mi vista regresó había una serpiente con una manzana y sus pensamientos y los míos se conectaban. La serpiente pensó:
-Toma, come esta manzana
- ¿Qué es esto? Pensé yo
- Es la primera forma de suicidio que el primer ser humano experimentó
- ¿Y por qué me la das?
-Porque una vez que mueres la vergüenza se va y el sonido vuelve
Nos vimos a los ojos varios segundos y volví a sentir el silencio acosándome así que me comí la manzana como un animal salvaje y me comencé a sentir mal, el aire no me entraba en la nariz y mis sienes escondidas entre venas y arterias reventaron ante la presión.
He muerto, realmente estaba muerto pero la resplandeciente luz blanca volvió a cegarme y desperté en la iglesia y mis heridas estaban sanas, pero el silencio en ese enorme lugar venía por mí, era malvado y desgarrador, mil telas de arañas caminaban sobre mí, así que salí corriendo y vi un perro, lo abrazé y comenzó a mover la cola como señal de que seguía con vida, y me dijo:
-Mira a tu alrededor el mundo ya no está paralizado.
-Corroboré que era cierto, pero lo seguí abrazando, él era muy suave
El me mordió
-Aaah exclamé yo ahuyentando mi miedo.
-Y el perro dijo: El sonido está dentro de ti, volvamos a casa y sácalo para que podamos volver a ser amigos.
Fin