Tu
Publicado en Apr 18, 2021
"TU", por Josep (29 de septiembre) Amo tus gemidos de ángel vicioso lleno del buen amor que se destila gota a gota, como miel, como sangre dulce herida. Pero no sé si es lo que más amo en ti esos gemidos angelicales que apenas rasgan el silencio tarde santiagueña, soleada, de buena primavera que ya te alcanza. Pues amo igualmente tanto tu cuello esbelto y que otorga el aire de mujer valiente ojos dulces y rubor que atrapa. No sé si es lo que más amo ya que en ti brolla el deseo por pisar las líneas rojas, encontrarte de madrugada en putas calle sola, sin principios, en peligro, gozosa del espacio que puede transformarse en cuchillo o caricias de extraño, placeres muy tuyos. No sé si lo que más me enamora son tus muslos largos, tan sexuales, dulce trampa para que caiga placer enmanillado, lluvia de otoño, volcado entre tus piernas. Y lo que embriaga en tu espalda frágil de cristal, sin embargo con carnadura tan preciosa, o esta cintura que duele abrazar con fuerza mas el deseo aprieta hasta juntar las manos en tu vientre dulce lugar de claridades que se absorven, como loco de alegría. No sé si tus senos de pezones airados, enhiestos por las sombran que vienen a atacarlos en la batalla del silencio, lo que llamamos el acto del amor. O tus manos magras, de largos dedos que atesoran caricias para mi cuerpo todo, que dibujan versos salidos del fondo, donde es más roja la herida y por ende más franca y hermosa. No sé si tu pelo como una revolución que pende, los trazos que no admiten mano correctora, que vagan libres de la luz a las zonas oscuras, tu pelo que se duerme sin embargo tan dulce sobre tus hombros que beso. O tu origen, tu origen, tu origen... salido de la selva donde los sentimientos sobreviven a felinos de rápida carrera, a serpientes venenosas que enroscan e inoculan a la par, a lianas que apresan la vida entera, muy entera... tu origen que se rebela instante tras instante, cual longilínea gacela que jamás deja atraparse por el vaho, el ruido, los dedos de la indiferencia, la ciudad mortecina que no sabe morirse sin echarse a dormir, el pasado y aquéllo que reclama un futuro enmarcado en conventos de piedra. Tu origen que no admite otra respuesta, que no busca otra caricia, no se sacía con más polla que la que él en consecuencia desea con firmeza. Mujer que al amarte uno siente que se gana en respeto, redescubre su autoestima, incluso le parece que aquéllo de un dios puede que no importe nada de nada, si está vivo o muerto o si escapó. Porque tú lo traes todo en tu forma, lo regalas desde tu fondo, gruta del deseo auténtico, esencia de la vida verdadera. Eso es lo que más amo en ti, que me inyectas en las horas donde besarte es el ejercicio de las almas nobles, los chelos destilan acordes con puntas de dedos que se saben felices, pues ya no hace falta buscar en lejanías lo bueno por venir: viene todo contigo.(Parte de lo que siento por ti, hembra libre). "Origen", por Daih Tu... Cuando la cúspide alada franqueó los mares llegaste de al origen. En un rechinar de gemidos el dolor embriagado de lucidez rasgo el velo. Y allí desnuda y blanca mostrando en un hilo rojo el camino de la herida. Aquella que se esconde y en un orgasmo afloran pudores amorosos. Nadie sabe lo que hay detrás el juego frenético de lo de afuera nosotros dentro sin brumas. La distancia no existe si miras el recorrido de la brillante humedad. Mi sexo entregado late exacerbando el corazón. La vida emerge. (Fotografia de Daido Moriyama)
Página 1 / 1
|
J. C.