Cuando nos detenemos a observar la Naturaleza, parece que nos muestra ciertos patrones. Dichos patrones son bajo la constante de la diversidad o la variedad, los tipos de variedad: a) variedad simétrica y b) variedad asimétrica.Así sucede en el estudio del territorio. La lógica nos indica que el territorio simétrico debería de corresponderse con, que la mayor superficie (territorio por superficie), debería albergar a su vez el mayor número de municipios y estos a su vez agrupar en su seno el número de población.Pero la Naturaleza parece, que, acompañada de la Historia, nos ha establecido, no la simetría en la variedad, sí no antes, la asimetría en la variedad, dándonos a entender, que sí lo deseamos, podemos ordenarla para su mejor gestión.Esto es, cuando observamos, el territorio de mayor superficie, el mismo, no es sinónimo de tener el mayor número de municipios, ni tan siquiera, que tenga el mayor número de habitantes, distribuidos entre ese mayor número de municipios, para un mejor o más óptimo reparto de la riqueza o los recursos.De hecho, se da el caso, de que a veces, hay poblaciones con mayor superficie, que tienen menor número de municipios y menor número de habitantes; en otros casos, se da, que hay poblaciones con mayor número de municipios y menor número de habitantes; e incluso, hay poblaciones que tienen menor superficie, con mayor número de municipios y mayor número de habitantes. Dicho lo cual, todo parece indicar, que hay dos tipos de variedad: la variedad simétrica y la variedad asimétrica. Y que, además, el ordenamiento del territorio, pasa por poder ordenarlo de la forma más óptima para su buena gestión, la gestión del interés general, que facilite la convivencia, el bienestar social y el bien común del país. En el mismo sentido, podemos argumentar, que un proyecto de país (no un proyecto de modelo de corrupción), alberga ciertas dificultades, por la gran cantidad de detalles, que se integran en múltiples factores, cosa, que debería de tener en cuenta la economía política. Es decir, como hemos visto (razón práctica), ser comunidad autónoma de España, con mayor superficie, no es sinónimo de, que sea la comunidad, que tenga más municipios, ni tampoco, que sea la comunidad con mayor número de habitantes. Pero lo lógico (la razón teórica) es, que la comunidad con mayor superficie –en el futuro-, albergara el mayor número de municipios y con ello el mayor número de habitantes. De igual modo, tendría que ser en el sentido productivo, ese espacio de mayor tamaño, con mayor número de habitantes, tener mayor producción (productos, bienes y servicios), generar más riqueza, disponer de mayores infraestructuras con sus equipamientos, generar más empleo, contribuir más y repartir más, … (por una cuestión de dimensiones proporcionales).Así mismo, los territorios con menos superficie (factor geográfico: requerirán menos inversión en el mantenimiento de los bienes patrimoniales, infraestructuras, equipamientos, …) y con menos habitantes (factor humano –biodiversidad-: requerirían menos inversión para dar los mismos servicios en la atención a su población). Todo para conseguir uno objetivo: mejorar las condiciones de vida de las poblaciones y del medioambiente, manteniéndolo en unas condiciones óptimas, adaptadas a las actualizaciones que requieran, el fin último de la política para un país. Ya que su fin, no es en ningún caso, el bien privativo, particular –país personal, propio o privado- o el empeorar las condiciones de vida ajenas.En conclusión, el carácter asimétrico de diversidad, biodiversidad, variedad, … para ser resultado de la falta de atención histórica y es modificable. Pero hay que recordar que existen 2 tipos de simetrías: a) la simetría ordenada bajo criterios (de mayor a menor, …) y b) la simetría alternante (según la posición asignada libremente, sin criterios). Resta decir, que este modus operandis, es válido para cualquier espacio desde un espacio Supranacional (UE) hasta un espacio local cualquiera.