2- LILY Y LAS BRUJAS DE SALEM
Publicado en May 15, 2021
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                                                               autora: Valentina leoni
Lily y las Brujas de Salem
         LOS VIAJES DE LA BRUMA (2ª parte )
 
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07/01/2021
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
        
 
    
 
Esta libro está dedicada a mi futura descendencia, porque todo lo hecho con Amor, bien se recuerda…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   “Lo que hoy duele, mañana será un recuerdo”, La Cenicienta
 
   “A la Hechicera no la dejarás que viva”, Éxodo 22:18-28
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LILY Y LAS BRUJAS DE SALEM.
 
 
Cuando salí estaba todo preparado. Habían hecho un círculo con velas, habían colocado una escoba real en él, el espejo y a mi gata Selina, que comía su latita preferida, para que no se moviera del círculo
-          El primer don que te regalamos es ser “Guardiana del Aire”, siendo el objeto la escoba. Gracias a él podrás dominar el elemento, quizás te salve de algún problema que allí tengas, y no sepas como resolver. Recuerda que las brujas buenas solo utilizan sus elementos para protección o para hacer el bien, nunca por capricho o para causar un mal. Si lo haces así, se volverá contra ti, ¿de acuerdo?
-          Sí, una cosa: ¿puedo volar?
-          Una vez que la Bruma te lleve al sitio indicado, podrás volar con la escoba o sin ella, pero solo trayectos cortos si lo haces sin utilizarla. Tienes que tener cuidado, no abusar, los excesos se pagan caros. Cuando vuelvas tendrás otro don, recuérdalo.
-          Estoy asustada, pero a la vez emocionada
-          Tu padre estará contigo
-          Estoy preparada
-          Ahí vamos
Durante un segundo no se escuchó algún ruido, no había Luna ese día, así que nada se interponía en el poder de las velas. Las tres se colocaron alrededor del círculo, formando un perfecto triángulo, sujetando otra vela más grande, y empezaron a recitar invocando algo, con voz tenebrosa, daba miedo pero a la vez te animaba, te daba fuerzas. Cogí a mi gata y a la escoba que estaban allí dentro, sonó la música de mi caja, unos tambores la acompañaban, y surgió la Bruma. Entonces, como me dijeron, di el paso necesario para introducirme en el espejo, mientras Penélope me llamaba desde las telarañas, cuando me acerqué me picó, haciéndome sentir mareada. Empecé a dar vueltas, la Bruma me envolvía, casi creí perder a Selina, dejé de escuchar la música, los tambores, mientras esa especie de niebla desaparecía, y me encontré en un bosque junto a mi gata subida a la escoba, asustada, tanto que casi no se movía, hasta que habló.
-          Lily, ¿sabes dónde estamos?
-          ¿hablas?
-          Solo para ti
-          ¿la magia?
-          Has entrado en el Mundo Mágico, ya casi nada es normal para ti, pero recuerda que otros no son capaces de distinguirla
-          Me alegro mucho, me ayudarás en la nueva aventura
-          Soy tu compañera, pero no tengo poderes, solo viajo contigo, y tengo la intuición de un animal, pero poco más, no lo olvides
-          ¿Andamos?
-          Coge la escoba, pero hay que esconderla, no vas a ir con ella por el pueblo
-          Es muy de noche, casi no se ve, no sé el camino que debemos escoger
-          Nos  sentaremos debajo de ese árbol, y esperaremos a que amanezca
-          De acuerdo Selina
Miramos alrededor, y vimos a Penélope, quien dijo que ella empezaría a tejer la tela de araña, para que estuviera lista, cuando quisiéramos volver. Estaba un poco sorprendida con todo, y más asustada, pero como pasa en esas circunstancias o te quedas quieta esperando a que los lobos se acerquen, o luchas por conseguir alejarte del peligro, así que cogí mi escoba, y me senté bajo el inmenso árbol que había. No quería quedarme dormida, más que nada por si aparecía mi Ángel de la Guarda, ese que me ayudaría en mi aventura, pero pasaron las horas, no sabía cuántas, no tenía reloj, iba vestida de campesina de aquella época, hasta que empezamos a oír cánticos, y un fuego cerca. Selina se asustó, y me dijo susurrando que tuviera cuidado, aún no nos habían orientado de lo que debíamos hacer, de cómo introducirnos en el pueblo, sin llamar la atención. Tapamos la escoba con unas hojas, y nos acercamos sigilosamente a la pequeña fiesta. Nos escondimos tras unos matorrales, y vimos a unas niñas en ropa interior haciendo juegos con su cuerpo, mientras otra muchacha de color cantaba jugando con unas figuras hechas de ramas, cuando me acerqué pude ver que era una muñeca y una escoba, igual que las que vi en casa. No entendíamos lo que pasaba, pero no era algo que nos gustara, parecía obsceno, más para nuestra edad. Selina estaba impresionada, me mandó callar, cuando iba a comentar lo que allí sucedía. Me apoyé en unas ramas, y ellas se dieron cuenta, pararon su ritual, si es que era eso, y la mayor, la chica de color, se acercó a donde estábamos como una estatua, dejamos hasta de respirar, por si eso también lo sentía. No vio nada, no había casi Luna, y dijo que seguro que había sido cualquier animal de los que allí había. Continuaron, mientras Selina y yo casi nos desmallamos, por el susto de ser descubiertas tan pronto en nuestra aventura. Al cabo de media hora pararon, se vistieron y se marcharon cogidas de las manos, pero de puntillas, estaba claro que hacían eso a escondidas. Cuando estaba lejos, le comenté que no sabía si me gustaría participar en esos juegos, ya que mi madre siempre me decía que debía ser pudorosa, y muchos más con personas desconocidas. Selina me aclaró que no creía que eso fuese a estar bien, y que de lo que no es lo adecuado, no se participa. Nos quedamos en silencio un rato, porque estábamos literalmente perdidas, nos echamos a dormir un rato en el árbol, y amaneció, dándonos el sol cuando casi el hielo nos mecía. Alguien con un bastón me dio en los pies. ¡Lilith! (estaba claro que me conocía).
-          Habéis llegado muy pronto. No os esperaba hasta dentro de unos años
-          Todo se ha complicado
-          ¿Empezó la maldición de las tres escobas?
-          Sí, ¿la conoce?
-          Por supuesto, tu padre me habló de ella, estaba muy preocupado
-          ¿Lo conociste?
-          Era un buen amigo, un buen hombre
-          Lo sé, que pena
-          Está cerca
-          ¿Sí?
-          Claro, siempre
-          Ojalá pudiera verlo y hablar con él
Entonces me di cuenta de una cosa, el hombre que nos hablaba era ciego, tenía un ángel de la guarda ciego, y me asusté mucho más, ¿cómo me iba a proteger, si no veía el peligro?. Él se sonrió” no temas porque no vea, las personas que les falta algún sentido, tienen otros más desarrollados, y una inteligencia superior, ya que la vida no es fácil, y cuando no lo es, sacas el ingenio. Te protegeré como cualquier  guerreo, porque no todo en esta vida es la fuerza, a veces es mejor tener un buen cerebro”. Sonrió y nos pidió que nos levantáramos, había empezado el juego, aunque todo lo que consistiera en pasar desdichas, no era divertido, y menos cuando la vida corre peligro. Era joven, aún necesitaba la protección de mi familia, pero si las circunstancias me habían hecho madurar deprisa, había que seguir la corriente del destino, porque luchar contra él, quizás llevaría a vivir una vida que no me correspondía, porque por supuesto, creía en él, y si mi padre me había enviado a ese hombre, sería porque era el adecuado en esta aventura. Dejamos la escoba en el árbol, y durante el camino nos contó, que en el pueblo me haría pasar por su sobrina, que había venido de fuera para ayudarle, ya que se hacía mayor y necesitaba de alguien, no solo el bastón le sacaba de sus penurias. Caminamos largo rato, hasta entrar en la Aldea, había un nombre que la delimitaba, se llamaba Salem, y recordé algo sobre ella, una historia que mi madre me contaba cuando iba alguna amiga, para asustarnos, porque le encantaba, aunque siempre acababa con alguna risa. Empecé a correr, hasta que mi Ángel me dijo que las prisas no eran muy buenas consejeras, que anduviéramos despacio, como si fuésemos dando un paseo. Selina y yo nos miramos, él también la escuchaba, nadie más por el momento. Nos cruzamos con personas que nos saludaban, y miraban de forma extraña, como forasteros que habían llegado. Mi gata se puso altiva, a veces es una forma de protegerse, mientras yo mantenía la cabeza baja, mi timidez no había desaparecido en esas tierras tan antiguas. Llegamos a la casa, era la típica de esa época, y lo que me gustaba es que no tenía la chimenea tapada, podía jugar con el fuego, aunque fuese muy peligroso, lo malo es que había ceniza por todos los lados, y no sabía si me tocaría limpiar, si tendría que hacer el papel que me habían mandado. Gabriel, como así se llamaba mi ángel, me decía que me dirigiera a él por tío o por su nombre, nada que hiciera que lo pudieran reconocer, ya que era una Aldea especial, llena de magia. Entonces vi apropiado contar lo del bosque, lo de las niñas jugando en ropa interior. Cuando lo hice, se enfureció, y me pidió que lo olvidase, iban a suceder muchas cosas en poco tiempo, y no debía involucrarme, cabía la posibilidad de que salieran muy mal las cosas, podrían matarme. Me asusté, no entendía bien el significado de ese ritual, además para mí eran normales, fue cuando me aclaró que en la vida lo que es cotidiano y normal para uno,  para otros es totalmente desconocido, y muchas veces, la mayoría de ellas, lo que no comprendes, lo temes, y el miedo despierta más que ira en muchas almas hambrientas de sangre. Ya me habían advertido de la maldad en el mundo, pero siempre lo ves tan lejos, que cuando me avisó de su presencia cerca, me asusté pensando en donde me había metido, sin ni siquiera haber sido traviesa.
Esa tarde fuimos a dar un paseo por la Aldea, me enseñó las tiendas, y me dijo que para disimular, le haría los recados, pero que nada más, él se encargaría de alimentarnos y de tener mejor la casa, a veces era descuidado, es lo que tiene vivir solo y ser ciego, la perfección no era algo que destacase en su día a día, pero tenía una vida interior rica, algo muy importante, porque así no dependes de las personas para sentirte pleno, si te fallan o vives alguna desgracia, siempre te tienes a ti mismo, algo imprescindible para ser feliz en este cruel mundo. La apariencia y el dinero son necesarios, pero se convierte en algo muy negativo, cuando centras tu vida en ello, porque reinará en ti la codicia del infierno.  Me presentó a los tenderos, y todos me saludaron con respeto, e incluso algunos me daban pequeños obsequios, que compartía con Selina si eran chucherías, por aquel entonces también existían. De repente empezó a llover, oscureció deprisa, y nos dirigimos rápido a la casa, una gran tormenta venía. Allí me iba a explicar muchas cosas, para que no me asustase de los acontecimientos que iban a suceder entre nosotros, debíamos actuar deprisa, descubrir a la bruja buena y huir, sin mirar atrás, porque ya conocía el cuento y las maldiciones en las que cuando huyes de alguna tragedia, y ésta te perseguía, no se debe mirar atrás, para evitar convertirte en sal, y con un solo golpe pasar a ser polvo, y de ahí a esa nada, que a todo el mundo enfurecía. Muchas veces las personas quieren morir siendo alguien en la vida, cuando lo único que merece la pena es ser importante para las personas que amas, lo demás solo es atrezo, no llena tu alma, ni a tu corazón lo sacia de gozo, solo es alimento para el orgullo del que no sabe amar bien, ni vivir junto a los buenos sentimientos. Así que después de cenar, nos sentamos los tres cerca del fuego, Selina en sus rodillas, se había hecho su amiga, asamos unas castañas, mientras me narraba la historia más atroz, que había escuchado en mi corta vida.
-          Querida Liliana vas a ser testigo de un cruel juicio, donde morirán personas en la horca, sin ni siquiera ser bruja en estos tiempos
-          Mi familia está llena de brujas, y a mí me queda poco para serlo, ¿quizás debería irme, y avisar a mi familia del peligro?
-          En tu época ya no hay esa persecución, se goza de más libertad, siempre que no se dañe a terceros, pero a la época a la que has viajado, todo el mundo puede morir, si se le tiene como amigo del diablo
-          Mi familia es bruja y no es amiga de ellos
-          Pero aquí hay mucho desconocimiento, y todo lo que no tiene explicación científica, se toma como amigo de lucifer, cuando ni siquiera hay los suficientes conocimientos para poder saber lo que sucede a un cuerpo, cuando no está sano. Es lo que tiene la ignorancia, todo lo que no se comprende, se condena, y más cuando hay un fanatismo religioso, y más aún cuando se apodera la Histeria colectiva en una comunidad.
-          No comprendo muy bien
-          Van a condenar por brujas a diferentes personas, incluso a niñas, de una forma errónea, simplemente porque la gente suele dejarse llevar por los más fuertes, y suele pasar que el poder no siempre va acompañado de bondad. A veces hay personas crueles, con gran poder de convicción, y por cualquier antipatía, mal entendido, cualquier cosa que no les haya gustado, pueden acusar a otra persona de cualquier cosa. Hay maldad en el mundo, en todas las épocas, y lo habrá en todos los siglos, y cuanto más ignorante eres, más te crees lo que te cuenta el que se ve más fuerte, menos mal que eso poco a poco se irá perdiendo, aunque siempre quede algo.
-          Y a las niñas del bosque, ¿les pasará algo?
-          Puede ser, no soy adivino, pero creo que una de ellas es la que estás buscando
-          ¿Cuál?
-          No lo sé, solo es la intuición de un viejo ciego
-          ¿Cómo hago para conocerlas?
-          Son hijas del reverendo, el domingo iremos a la Iglesia, y haré para que hagas amigos. Tienes que relacionarte, y actuar rápido, antes de que vaya a la horca quien estás buscando
-          Soy un poco introvertida
-          Cariño, la vida te hace dejar eso atrás, te obliga a mirar hacia adelante, e incluso a pisar a quien te pone la zancadilla, aunque te duela el alma por dañarle
-          Lo intentaré
-          Son buenas chicas, pero no saben dónde se están metiendo, creo que por algún motivo se le ha despertado su imaginación, y ven todo como un juego, lo que no saben, es que les puede llevar directamente al infierno, aunque no mueran en la horca, no hay nada como que te señalen para ya morir en vida, aunque tu cuerpo siga caliente y tenga aliento.
-          No tengo más que esta ropa para ir a la Iglesia
-          Tiene un armario lleno, ¡ven!, te lo enseño
Pasamos a la habitación, y estaba totalmente preparada: mi camisón encima de la cama, una bolsa de agua caliente, y unas babuchas como las de casa. Lo que más me gustó, y por lo que le di un beso, es porque había perfumado la cama con la colonia de lavanda que mi madre siempre utilizaba. Fue un detalle muy bonito, me reconfortaba para coger el sueño, si es que lo conseguía, porque estaba muy excitada, y no sabía si podría dormir con todo lo que tenía que hacer, para poder salvar la maldición de las tres escobas, una que no descansaría, a no ser que poco a poco pudiese vencer a Lilith y a su séquito. Antes de dormirme me dijo que esa noche iba a ser muy importante, porque había luna llena, y verían a las niñas, descubrirían sus juegos, y con ello empezaría todo, por lo que no debía asustarme de lo que ocurriría, debía ser fuerte y no tener miedo.
 
El domingo llegó rápido, y me acicalé bien para ir guapa, la primera impresión siempre cuenta, no está bien visto ir desaliñada. Me hice con esmero la trenza, y cogí un poco de la colonia de lavanda que estaba en la mesita, no era la mía, pero mejor que oler a ceniza, cualquiera valía. Llegamos un poco antes de las doce, me presentó en la puerta a todos los vecinos, y en especial a los hijos del reverendo. Se llamaban Tomi, Elisa y Susana, también a la sobrina que vivía con ellos, porque a sus padres los mataron los indios, Abigail, más o menos de mi edad, no podría decir la exacta, pero a quien le importaba eso, cuando mi misión era averiguar quién sería la que hiciera el camino de vuelta conmigo. Detrás del reverendo Samuel Parris estaba la criada, quien se encargaba de los niños, y la que estaba en el bosque con la escoba y el muñeco, Tituba. No me la presentó, pero escuché a los niños llamarla, para que les hiciera a la salida manzanas caramelizadas, algo que por lo visto solían merendar algunos días de fiesta. Ella asintió, pidiendo que no chillaran. Cuando nos sentamos en primera fila, a Gabriel le gustaba oír bien el sermón, vi como las niñas se ponían en el banco de al lado, y la verdad que estaban un poco pálidas. Empezó la misa, y poco a poco noté como a las tres muchachas algo les pasaba. En poco segundo empezaron a tener convulsiones, diciendo cosas sin sentido, maldiciendo y al poco tiempo comenzaron a echar espuma por la boca, mientras casi gemían. Los demás feligreses chillaron, y el reverendo se puso histérico, pero continuaba recitando el sermón, aunque lo había cambiado, de su boca salieron frases repudiando al demonio, a satán, y a todo lo que se pareciera a eso. La verdad es que se asemejaban a las personas que parecían poseídas, mientras Tomi las miraba con aire desafiante, como pensando que era una travesura de niñas. Llegó el médico del pueblo, no sabía lo que les ocurría, mientras Gabriel me miraba, sin ver, y me decía casi susurrando “empieza la pesadilla”. Estaba asustada, no comprendía como alguien podía llamar la atención de esa forma en una iglesia, y me senté, no quería mirar, era algo muy desagradable. Entonces unas palomas volaron dentro, casi rodeándolas, parando todo, hubo un silencio, las niñas dejaron de moverse de esa forma tan extraña, y comenzaron las acusaciones:
-          Las he visto en el bosque, con rituales, invocando al demonio, y el resultado es eso
-          Yo también, suelen ir casi todas las noches al bosque con su criada, y utilizan la magia negra en sus juegos obscenos
-          Yo también las vi
Y así empezaron a acusarlas, mientras se recuperaban de lo que les había ocurrido, estaban un poco mareadas, y no conseguían mantenerse en píe. Gabriel me tapó, de la nada surgió una sombra que él no pudo ver, pero sí sentir, cogió poco a poco forma, era mi padre, quien nos gritó “corred”. Gabriel me cogió de la mano, y me explicó que no querían que me acusasen a mí también, porque una vez que empieza la histeria, no se sabe cómo parar, e incluso pueden acusar sin razón, simplemente llevados por la rabia, así que era mejor que no se diesen cuenta de nuestra presencia, por lo que salimos con disimulo de la Iglesia. Nos cruzamos con Tituba, quien entraba alterada, y asustada, creo que intuía lo que pasaba, porque me miró, creí que me pedía ayuda, aunque con las intuiciones, siempre existe la duda, por lo que no debía apresurarme, quizás me confundía
-          ¿Qué les ha pasado?
-          Están enfermas, creo que han tomado algo
-          Y eso de la brujería, yo también las vi en el bosque
-          Son juegos para ellas, como te dije
-          Entonces qué les va a pasar
-          Ya verás, no soy adivino, como ya te he dicho, debes salvar a la que tenga un noble corazón, y a los malos, que la vida les lleve por donde deben estar.
Ese día no hicimos nada especial, hubiera visto alguna película, pero no había tele, como podéis imaginar. Comimos, Gabriel no hablaba, mientras volvíamos a asar castañas, por lo visto a él le encantaban, parecía mi abuelo por la forma en la que me trataba. Selina estaba tranquila, tenía libertad, e iba inspeccionando el pueblo, para darnos luego las noticias. Me fui a la cama, a echarme una siesta por el aburrimiento que tenía, Selina me siguió, pero antes le dijo a Gabriel, que creía que debía ir a ver al médico, quizás le pudiera explicar algo de lo sucedido, y averiguar si estábamos en peligro. Contestó que era una buena idea, por lo que se preparó, cogió su bastón de madera, aún no se hacían blanco, y se marchó a la casa de enfrente, porque era nuestro vecino. Durante ese tiempo no paré de pensar en la figura de mi padre, hacía tanto que no lo veía y no le sentía. Recordaba su amor, sus caricias, y por supuesto su protección al verme en peligro, como cuando saltaba desde el árbol al suelo. Sentí nostalgia, pensé que ese sentimiento era para adultos, lo sentí junto a la pena, pero como decía mi madre, había que seguir luchando, para disfrutar de las cosas buenas.
Al cabo de una hora aproximadamente regresó a casa, me despertó. Estaba asustado, temía por nuestra seguridad, y quería que nos marchásemos.
-          No puedo irme sin la bruja buena, aquí quizás corra peligro, pero en mi hogar estoy maldita, y sabes lo que significa. Necesito regresar con la persona adecuada. ¿Qué te ha contado el médico?
-          Me ha dicho que se apoderó la histeria en la Iglesia, como te comenté que podía suceder. Empezaron una serie de acusaciones a personas que no habían estado ni en el bosque, por antipatía, por venganza de alguna rencilla, cualquier motivo hace que las personas se contagien del odio, y acaben siendo todas brujas o demonios
-          ¿Y qué pasará ahora?
-          El problema está en que no saben lo que les ha pasado a las niñas, el médico no tiene los conocimientos científicos avanzados, y no sabe que son ataques epilépticos, naturales o provocados por tomar alguna cosa, que no debían.
-          ¿Se lo decimos?
-          No nos creerán, y nos tomarán por cómplices o cualquier otra tontería. Hoy en día se cree en las brujas como algo malo, que existe por todos los lados, y crean penurias en el condado donde vivan. Tienen un mal futuro, y cuando se den cuenta, a saber a cuantas personas llevan con ellas. El médico lo va a comprobar, va a darle una pócima con harina de centeno y orina de bebé a un perro, según como actúe, el diagnóstico de brujería quedaría confirmado.
-          Valiente tontería.
-          Sí, pero no sabes las cosas que se hacen por la ignorancia, siempre hay algún motivo, pero ese es uno de los peores en la vida.
 
Durante unos días me comporté con naturalidad, Gabriel me había dicho que guardase las distancias con las personas, fuese agradable, y llevase una vida totalmente normal, para que no buscasen en mí las explicaciones que no tenían, ya sabía eso de la maldad del ser humano, como fácilmente cobra vida. Lo único extraño es que me pareció que Tomi, el hijo del reverendo, me seguía. No le quise dar la mayor importancia, lo que se hace cuando no quieres que el miedo se apodere de tu alma, no quería pensar que me viera como una bruja mala, que me acusase, porque la Histeria Colectiva cada día crecía, y como no se había podido explicar el comportamiento de las niñas, se llevó el caso a juicio, donde se podría asistir, y yo quería, a pesar del peligro, quizás fuese la única forma de conseguir averiguar quién era la persona que estaba buscando, quien debía volver a casa conmigo, y salvar la maldición de Lilith, quien seguro que por allí andaba observando, mientras sonreía

Comenzó el Juicio, las niñas estaban en el banco de acusados, y la niña rica del pueblo estaba con ellas, también se había unido a los juegos, los peligros de la adolescencia siempre se imitan. El Juez empezó a hacer una serie de preguntas, por supuesto el motivo de esos juegos en el bosque. Las niñas en primer lugar acusaron a Tituba, diciendo que las había engatusado para practicar los ritos de sus tierras, ya que era mayor, y con poder para influenciar a chicas aburridas con ganas de conocer más que las letras. Hubo un susurro continuo en la sala, y mandaron que Tituba se aproximara. Mientras se acercaba al Juez, me miró con los ojos llenos de lágrimas, me estaba pidiendo ayuda, pero yo no veía las cosas claras. Se puso delante del Juez, quien le preguntó, y ella, entre sollozos, se confesó culpable. No me sorprendió, no sé por qué pero sabía que haría eso, con su confesión había evitado que la torturasen, tenía todas las de perder, ya que el racismo daría pie a muchas más cosas que una simple hoguera.
-          He visto al diablo en el bosque. A veces tiene forma de hombre muy alto de pelo negro, o de cerdo, y he visto a un pájaro amarillo besar el dedo de otra bruja, mientras que las niñas caían rendidas a sus pies. Me han entregado un libro donde aparecen todas las brujas de Salem ( no sé por qué acusó, quizás para que la atención no se centrase en ella, y eso me hizo dudar de su bondad)
El Juez la condenó a prisión durante un año, por haber confesado, y haber hecho creer que también era víctima de su cultura y de Satán, mientras otras mujeres (Sara Osborne, Sara Good, Martha Corey, Susanna Martin entre otras) que habían sido acusadas por las niñas y por  personas con rencillas con ellas, sin fundamento, fueron condenadas a la horca, por no confesar su culpabilidad. El reverendo también fue acusado  por la familia Putnam, declarándole como líder de Satán. Rebeca Nurse al ser una mujer liberal, que se había casado tres veces, y tenía un carácter extrovertido, también fue acusada, sin haber otro motivo, el Juez quiso salvarla, pero empezó una oleada de vandalismo en el pueblo, provocada por la histeria colectiva, a raíz de un exagerado puritanismo, y tuvo que condenarla también a la horca. Me salí de la sala con miedo, mientras Tituba me llamaba con la mirada, reclamando ayuda, pero yo no sabía qué hacer, me había defraudado un poco, aunque quizás en su lugar hubiese hecho lo mismo, si veía una posibilidad de salvarme de la horca. Nos miramos largo rato, y entonces la rodilla con la mancha empezó a molestarme mucho, quizás era una señal, no lo sabía. Me quedé en la puerta, casi escondida, vaya que le dieran por mí también, y mientras se la llevaban al calabozo, dejó caer a mis pies la escoba con la que estaba jugando en el bosque, sin que nadie la viera. Se arriesgó mucho, porque con ese gesto podía haber provocado más ira en la multitud enloquecida, sedienta de sangre, pero yo seguía sin ver claro lo que debía hacer, quizás no era Satán quien había visitado el pueblo, quizás Lilith había provocado todo, por su maldad, o porque no la habían obedecido. Tenía dudas, aunque recogí la escoba, y las escondí con miedo en mi falda, si me veían con ella, seguro que tampoco me salvaba, que dolor, que angustia vivir tanta tragedia, no sé porque me había tocado pasar por tanto en mi corta vida.
Gabriel y yo nos fuimos a casa, Selina andaba perdida, creo que estaba investigando donde había puesto Penélope la tela de araña, porque presentía que pronto partiríamos de esas tierras, vaya que al final, por no retirarme del peligro, me tocase estar con una de ellas en el patíbulo. Nos sentamos al lado del fuego, nos miramos y no sabíamos qué decir, no entendía por qué íbamos a dejar que unas personas inocentes muriesen, porque no explicábamos lo que estaba sucediendo, cuando se calmasen. Se lo dije a Gabriel, y me dijo que no podíamos cambiar el ritmo de la Historia, no nos comprenderían, e incluso iríamos también a la horca. Pasan muchas injusticias en la vida, muchas, lo único que se espera de ellas, es que al menos se aprenda y no se vuelvan a cometer los mismos errores. Entonces me acordé de lo que mi madre me decía cuando me confundía, y quizás yo no hubiera matado a alguien, pero era otra época, donde la vida no era tan importante, el fanatismo unido a la ignorancia mandaba entre las personas, y eso era malo, incluso cruel, aunque no tenía muy claro lo que significaba.
-          Sabes quién es la bruja buena, el tiempo se acaba
-          Creo que sí, aunque tengo mis dudas
-          ¿Por qué?
-          Ha hecho algo que no está bien
-          Las personas buenas también se confunden, cometen errores, pero eso no quiere decir que sean malas, muchas veces las circunstancias mandan, solo espero que tengan suerte y no se les juzgue por ello, porque un error puede acabar con una persona
-          Visto así, supongo que será Tituba, me ha dado la escoba, además mi mancha me dolió, quizás quiso significar algo, porque las demás no me parecen dignas
-          Pues entonces debemos actuar rápido, antes que se la lleven a otra prisión
-          Solo una cosa, ¿matarán a las demás mujeres?
-          Sí
-          ¿Y las niñas?
-          Cuando maduren confesarán que se dejaron llevar por la histeria, y se verá el Juicio como una gran injusticia, pasaran a la Historia como “Las Brujas de Salem”, cuando solo fueron mujeres que no agradaban. A veces los juegos de las adolescentes pueden tener horribles consecuencias, ten cuidado.
-          Lo tendré, aunque mi madre piensa que es aún peor cuando tenga la mayoría de edad, y ande por el mundo sola, entonces sí que cometeré errores, por mí misma o influenciada por malas compañías, ella cree que en la adolescencia aún me controla.
-          Tiene razón, por eso hay que inculcar buenos valores mientras estés a su lado, pero no todos los padres están atentos a sus hijos de pequeños, así que ten cuidado, porque esta vez hemos estado muy cerca de una masacre y nos hemos salvado, pero eso no quita que siempre sea así, no hay que jugar con la suerte, recuérdalo.
-          Lo haré,
-          Bueno los jóvenes escucháis los consejos, pero no siempre hacéis caso, aunque espero que llegado el momento, te acuerdes de este anciano.
-          Creo que sí
-          Piensa en tu padre, en lo que le gustaría que hicieras, y que no hicieras, eso te ayudará a no caer en el agujero.
-          Gracias, lo haré
A la mañana siguiente Selina me despertó, me chupó la cara y me pidió que me diera prisa, había hablado con Penélope, y lo tenía todo listo. Gabriel estaba encendiendo el fuego, y me tenía el desayuno preparado, comentó que parecía que estaba todo más calmado. Antes de salir, se despidió, creo que sabía que quizás no volvería. Me dio mucha pena, solo me dijo algo” no olvides lo que la vida te muestra, a veces incluso por un agujero”, y salí por la puerta. Me volví a asustar, Tomi estaba enfrente, en la puerta de la casa del médico, mirándome, con esos ojos que parecían sacados del mismo infierno. No le quise dar mayor importancia, y marché a donde tenían a Tituba encerrada, no tenía claro cómo iba  a actuar, si pedía hablar con ella, pero si lo hacía, quizás me tomarían como amiga, y se sabe que a las amigas se las ve de la misma clase, aunque no siempre se asemejan. Una vez frente a la cárcel, Selina y yo estuvimos callada mucho tiempo, solo observábamos la ventana donde se encontraba, sin saber cómo lograr que escapara. No sé el tiempo que estuvimos, pero pasó un rato grande, ya casi nos estábamos desesperando, hasta que volvió a surgir la sombra que apareció también en la Iglesia, mi padre, quien solo dijo: “recuerda que puedes volar”, y eso hice, elevé mis brazos, hasta posarme en la ventana, entonces pude entrar sin problemas, no había nadie con ella.
-          ¿Cómo estás?
-          Un poco asustada, me han dicho que no me ahorcarán por colaborar, pero no sé si luego la gente empujará a ello
-          No te preocupes, te voy a sacar de aquí, y vendrás conmigo a un lugar seguro y lejos. ¿Sabes quién soy?
-          Sí, vi tu mancha en la rodilla, estuve con tu madre en el antiguo Aquelarre
-          ¿Sabes qué he venido a hacer aquí?
-          Pensé que a salvarnos, pero ahora que ya estamos condenadas, no lo sé
-          Necesito tu ayuda en otra época, ¿vendrás conmigo?
-          Iré donde sea, lejos de aquí
-          ¿Por qué no has utilizado tus poderes para ello?
-          Soy una bruja buena, solo hago rituales de vudú para pedir por alguna persona enferma, o que estén en peligro, pero poco más, ni siquiera vuelo. Además sabes que la brujería no funciona para una misma, y mis compañeras están lejos, yo fui cogida como esclava, y me separaron de mi tribu, es lo que tiene vivir cuando la libertad tiene un precio
-          Te sacaré de aquí, vendrás conmigo e intentaremos entre todas acabar con la maldad y las injusticias, una vez que la maldición se haya resuelto
-          Cuando quieras, estoy lista
-          Cógeme la mano, y volaremos hasta llegar al suelo, luego corremos al bosque, allí está mi escoba, que nos llevará hasta el pasadizo a mi época, no estaremos a salvo del todo, pero el clamor del pueblo por la muerte desaparecerá y nos dará tiempo. Dame la mano
Una vez que llegamos al suelo, Selina estaba preparada para guiarnos hacia el bosque, pero hubo un contratiempo, un vecino pasaba por allí, y nos vio volar, así que chilló” más brujas, más brujas”, y salimos corriendo, pero un tumulto de personas nos perseguían, incluso cuando el bosque, con sus árboles, nos tapaba al pasar. Cada vez estaban más cerca, y yo no podía volar mucho, solo trayectos cortos, pero reconocí fácilmente el árbol donde escondí mi escoba, estábamos salvadas, y la cogí, pedí que se montaran a Selina y a Tituba, y salimos volando del peligro. Respiramos. Selina habló con la escoba, indicándole donde estaba Penélope, por lo visto era cerca de un Pantano. Todos se quedaron atrás mientras chillaban para que parásemos. Cuando llegamos, nos sentamos cerca del agua, para tranquilizarnos un momento, no había peligro, y estábamos cansadas de tanta excitación, debíamos hacer el viaje tranquila, al escuchar la música y los tambores. Me dio un poco de miedo recordar una frase que decía mi madre, porque la comprendí, cosa que antes no le daba importancia. Ella siempre me decía que había dos tipos de personas, no se refería  a las mujeres y a los hombres, o a los blancos y a los negros, se refería que están las que escuchan la música y las que no, siempre creí que era una tontería, porque a ella le gustaba cantar, pero ahora lo entendí todo: si Tituba no escuchaba la melodía de mi caja de música junto a los tambores, no era la persona indicada, y no podría venir conmigo. Me volví a asustar pensando que quizás me había confundido, quizás había escogido a una de las hijas de Lilith, y me llevaría al infierno con ella, pero no me quedaba otra que esperar a ver qué ocurría. Nos mirábamos y no hablábamos, seguíamos esperando, y de repente salió del agua un mujer muy bella, con el pelo blanco, pero joven, esbelta, quien cantó una canción, mientras nos pedía que recordásemos lo sucedido y le contásemos al mundo entero lo ocurrido, para que no volviera a pasar, para que no volvieran a morir mujeres inocentes, por la ignorancia y la maldad, que nació en un pueblo maldito. Las dos nos miramos y asentimos, ella desapareció, mezclándose con el agua, surgiendo así la Bruma esperada, dando pie a los tambores, junto a añorada música de mi caja.
-          ¿La escuchas?
-          Sí
-          Menos mal, debemos marchar. Ves la telaraña que ahí entre esos dos árboles
-          Sí
-          Pues cogeré la escoba, Selina subirá a mis hombros, y con la otra mano te cogeré a ti, y nos adentraremos en ella, debemos darnos prisa, antes que la música se acabe.  
Y así sucedió, en pocos segundos Penélope nos llamó diciendo que todo estaba listo, escuché como una rama se rompía, me dio miedo, creí que alguien nos vigilaba, por lo que nos dimos más prisa, y nos adentramos en ella, aunque algo me empujó cuando tuve la tela de araña frente a mí. La Bruma nos nubló la vista, como en la otra ocasión, empezamos a dar vueltas mientras la música y los tambores aumentaban su sonido, nos soltamos de la mano, temí volver sola, y poco a poco todo iba desapareciendo, todo iba cogiendo color, hasta que me vi tumbada en el mismo círculo de donde me fui, me levanté y entonces escuché: “Bienvenida, Princesa”, estaba en casa, lo malo que Tomi había regresado con nosotras, sin saber cómo había logrado entrar en la telaraña.
Durante un minuto todo estuvo en silencio, hasta que me decidí salir del círculo para abrazar a mi madre. Era de noche, y todo seguía adornado de Halloween, mi madre asintió, allí no había pasado el tiempo, me había ido durante días, mientras en mi casa no había pasado ni un solo segundo. La Magia cada vez me tenía más impresionada. Miré al círculo, Selina, Tituba y Tomi aún seguían dormidos o mareados, no lo sabía, pero permanecían tumbados en el suelo.
-          Solo tenías que haber traído a Tituba
-          ¿La conoces?
-          Claro, fue una gran amiga, la impulsora del Aquelarre que te conté, donde comenzó todo, pero no tenías que haber traído a nadie más, porque está ese chico con vosotras
-          No lo sé, mamá. Solo estábamos las tres, y no sé cómo pudo entrar en la telaraña, no debería haber escuchado los tambores
-          Pues lo ha hecho, y no sé qué deparará, si debe estar con nosotras en toda la lucha, si lo debemos mandar de vuelta, no sé qué significa su presencia, y me incomoda no saberlo, vaya que estropee la única oportunidad que nos queda de terminar con la maldición, y también con Lilith
-          Voy a despertar a Selina y a Tituba, quizás ellas sepan mejor qué debemos hacer, porque a mí él no me inspira confianza, se ha pasado todo el viaje vigilándome, manteniendo las distancias pero cerca, no me parece que sea uno de los nuestros, además es una lucha entre mujeres, no creo que ningún brujo quiera formar parte de ello.
-          Lo dudo, Tituba despierta amiga
En pocos segundo Tituba y Selina se incorporaron, mientras Tomi seguía dormido o eso parecía.
-          Amiga, ¿cómo estás?, sabía que era tu hija, pero no quise preguntar por ti. Vi a su padre en la Iglesia, y pensé que quizás también había acabado contigo.
-          Fui más prudente, solo eso
-          ¡Qué alegría!, gracias por salvarme. Lilith embrujó al pueblo, y solo por acabar conmigo, ha matado a muchas mujeres inocentes. Ha sido una atrocidad, no habían hecho nada
-          Bueno estás aquí, es lo importante, porque te necesitamos
-          ¿Qué es lo que quieres de mí?
-          Te acuerdas de la maldición de las tres escobas
-          Sí
-          Pues ha comenzado, recuerdas cómo podríamos terminar con ella
-          No muy bien
-          Necesitamos hacer un Aquelarre con las siete brujas buenas de la historia, para que Lilith desaparezca y con ella la maldición, y así mi hija pueda seguir viviendo, haciendo con su magia toda la bondad posible, siendo una bruja
-          Cuenta conmigo, pero solo somos cinco, por cierto, saludos Alicia y Dorothy. Estáis igual que siempre. Me alegro mucho
-          Mi hija hará otros dos viajes, pero solo puede hacerlos en su cumpleaños, en la noche de Halloween, así que tendrás que estar un tiempo con nosotras, disimulando.
-          Correcto, no tengo otra cosa mejor que hacer, ya que estoy fuera de mi tribu, y mejor estar acompañada por buenas amigas, que sola vagando
-          ¿Por cierto, qué sabes de ese chico?
-          Tomi es el hijo del reverendo, también fue condenado, quizás haya querido escapar de una posible tortura, aún se hacían por entonces, pero ¿cómo ha podido viajar por el tiempo con nosotras?, es muy extraño.
-          ¿Crees que tiene que ver algo con la maldición?
-          No lo sé, es un chico solitario, un poco raro, le encantan mis comidas, y siempre anda pegado a mí, quizás pensó que debía venirse conmigo. Démosle una oportunidad
-          Se la daremos porque tiene poca edad, pero debemos estar atenta, Lilith tiene muchos hijos por todos los tiempos, no sé si será uno de ellos
-          No creo, es un buen chico, algo extraño, pero jamás ha hecho ninguna maldad
-          Dios te oiga, porque si estropea el plan, no habrá solución
-          Sabes que no soy adivina, y que si es hijo de Lilith no podremos leer su mente ni sus intenciones, pero hay que darle una oportunidad, todo el mundo se merece una, luego, según su comportamiento, se decide
Justo cuando terminaron de hablar Tomi se despertó, asustado
-          ¿Qué hago aquí? ¿quiénes sois vosotras?
-          ¿No sabes quiénes somos?
-          Sé que Lily y Tituba son brujas, las he visto volar, pero desconozco lo que ha pasado, ni donde estoy
-          Has viajado a través del tiempo, estás en 1999
-          No lo entiendo
-          Poco a poco cariño, quizás quieras tomarte tu tiempo
-          No sé, estoy débil y desorientado
Tituba se ocupó de él, como siempre, y le pedimos que se quedasen en el dormitorio mientras preparábamos las habitaciones. Marchamos a la cocina, estaba lo suficientemente lejos, y mi abuela tenía muchas cosas que decir
-          No me parece bien que se quede con nosotras, no sabemos quién es realmente
-          Tituba no cree que sea un mal chico
-          ¿Tú que piensas Lily, lo has conocido?
-          Ya os he dicho que a mí, por su comportamiento, no me parece muy de fiar, es un poco extraño
-          Tituba sí se fía de él
-          Pues vamos a darle un tiempo como hemos dicho, y luego veremos, si vemos un comportamiento extraño, buscaremos en el libro cómo devolverlo a su lugar de origen. No creo que sea un mago, ni un demonio, más bien parece un chico asustado
En solo unos pocos minutos, mientras hablábamos de lo mismo sin concluir nada, empezó a sonar mucho el viento, casi parecía que se iba a llevar la casa. Nos volvimos a asustar, no comprendíamos lo que pasaba, la única explicación posible es que Lilith se hubiera enterado de todo, y quisiese que desapareciésemos, llevándose a la casa consigo. La casa empezó a moverse, y Tituba con Tomi empezaron a chillar. Miramos por la ventana, y nada en el exterior se movía,  pero Madame Blavatsky miraba a través del cristal de su habitación, mientras una vela sujetaba, observando, como planeando cuál sería su próxima jugada. La pesadilla estaba dentro de nuestra casa, como pudimos subimos las escaleras, y llegamos al dormitorio. Tituba estaba dentro del círculo de velas, y comenzó a chillar, porque daba vueltas, introduciéndose en un tornado, que parecía que se la iba a llevar. Tomas la cogió de los pies, cuando ya estaba en el aire, y la logró sacar del círculo mágico, entones el viento y los movimientos pararon, todo volvió a la calma, mientras ambos se abrazaban. Tituba se puso a llorar, mientras Tomi la miraba, y preguntando que aún no conseguía entender nada. Mi abuela explicó que habían cometido un error, habían dejado el círculo mágico intacto, y si había entrado, alguna fuerza malvada se la había querido llevar, por supuesto no podía ser otra que Lilith, y le preguntó si la conocía.
-          Mi padre en algún sermón ha hablado de ella, creo que es la mujer demonio,      ¿no?
-          Exacto, ¿la has llegado a conocer?
-          No, solo mis hermanas y prima eran a las que les gustaba el ocultismo, para mí es algo que se me escapa, no lo comprendo, por lo que prefiero mantenerme lo más lejos de ello, aunque me encuentre rodeado de brujas
-          No te preocupes, somos brujas buenas, y muchas gracias por salvar a Tituba
-          De nada, es mi Tata, no quería que le pasase nada
Todas nos miramos, leyéndonos los pensamientos. Había dejado claro, que no era un hijo de Lilith, no la hubiese salvado, quizás solo se trataba de un niño falto de cariño, y por eso era un poco raro. Había demostrado que estaba del bando de Tituba, es decir, del nuestro, por lo que se quedaría con nosotras, quizás nos salvase de alguna otra situación malvada, sin saberlo. Deshicimos el círculo, mientras Tituba se tranquilizaba, y preparamos las habitaciones de los invitados, teníamos de sobra en nuestra gran casa. Luego bajamos a cenar algo, porque había sido una aventura muy ajetreada, y se había abierto el apetito. Nos duchamos, ya habría tiempo de planear la forma en que debíamos actuar, de contar quién era nuestra vecina, todo lo que les hiciera falta para que se comportasen bien en el vecindario. Entonces, cuando parecía que todo se había olvidado, y nos dirigíamos a la cama, mi madre se acordó de algo muy importante, y que se nos había olvidado, me faltaba mi siguiente Don, empezaría a ser “Guardiana del Agua”, y fue al desván a por algo. Me puse nerviosa, porque ya era del Aire y del Agua, poco a poco tenía más poder, y sería una bruja adulta, dándome aún miedo las responsabilidades, pero si había logrado volver de la aventura, conseguiría más cosas. Mi madre le dio una caja a mi abuela, quien me la cedió a mí. Todos estábamos excitados. La abrí, era un puchero lleno de agua mágica, que había pertenecido a mi abuela. Me contaron que con él podría hacer todo tipo pociones, solo le tenía que añadir los ingredientes necesarios, ya que el agua jamás le faltaba. Además por supuesto dominaría toda el agua del planeta: ríos, mares, lluvia, todo lo que estuviese formado por gotas, estarían bajo mi poder. Me puse más aún nerviosa, no me veía merecedora de tanto, pero si la vida me había llevado por ese camino, quizás fuese el adecuado, porque muchas veces luchar en contra de lo que la vida te va mostrando, te hace coger el camino equivocado. Agradecí el regalo, y lo coloqué junto a la escoba, en una esquina de mi mágico cuarto.
Cuando me fui a la cama, estuve pensando en todo lo vivido, en lo que había significado ese viaje para mí, sobretodo en el reencuentro con mi padre, como llenó mi corazón de amor, ese que a veces falta, aunque lo suplan otras personas. Me había protegido, me había hecho sentir fuerte, ya se sabe que cuanto más te quieren, más fácil es salvar los obstáculos que se te presenten en la vida, y cuando se mostró, sentí que podría sobrevivir en esa aventura, que se podía haber convertido en una gran pesadilla. Cogí su foto del tocador, y la puse conmigo en la cama, la besé, y quise dormir pensando que todo se solucionaría si él estaba cerca, que me daría fuerzas para mis próximos viajes, aún quedaba un año para el siguiente, pero temía que algo se torciese, porque cada vez me dolía más la rodilla, bueno la mancha, como avisándome de que quizás mi vida y la de la humanidad se terminaba. Me giré con lágrimas en los ojos, era fuerte, pero me hubiera gustado seguir siendo una niña protegida, porque al enfrentarme a tantos peligros, poco a poco, ella, la que era feliz, desaparecía para siempre. Entonces vi sobre la estantería el libro de magia. No sabía qué hacía ahí, quizás mi familia lo había cogido, porque pensaban que tardaba en el viaje, y querían hacerme volver. Lo bueno es que no lo habían colocado en su sitio, y volví a tener curiosidad, quería saber quiénes eran los hijos de Litith, si había posibilidad de reconocerlos, porque aunque Tomas había actuado como un gran héroe, yo seguía sin creer que fuese totalmente bueno. Notaba algo en su mirada, en su comportamiento, pero no iba a acusar a nadie de nada, sin tener pruebas, eso era más que un pecado, era un delito, y por eso se paga en el cielo y en la tierra, así que lo busqué en el libro
Al huir del Edén, Lilith vivió un romance fulminante con el demonio Samuel, con quien tuvo una numerosa descendencia. Pero Dios, en su infinita ira, se alarmó ante la posibilidad de que la prole de Lilith invadiera cada rincón del orbe, de manera que reafirmó el castigo y condenó a Lilith a parir cien hijos cada amanecer de cada día, por toda la eternidad, los cuales morirían inevitablemente al filo de la medianoche.
 
Estos hijos, cuya vida se prolonga durante apenas durante un día, son los Lilim.
 
En venganza por la masacre diaria de sus hijos, Lilith se apropia de niños recién nacidos y se ensaña particularmente con las mujeres embarazadas, a quienes aborrece por representar la herencia de Eva. 
 
Los Lilim, por su parte, son entrenados hasta el mediodía para cometer toda clase de tropelías hasta la medianoche, momento en el que retornan definitivamente a la tierra. 
 
¡Dios mío, qué barbaridad!, era un monstruo. Lo único bueno, es que según el libro Tomi no podía ser ningún Lilim, ya que mueren rápido, y él llevaba más de un día con nosotras. A pesar de haberlo leído, de que mi familia se fiase de él, de que Tituba lo protegiese y quería, yo seguía sin confiar plenamente.
Coloqué el libro, donde lo había cogido, e intenté dormir, algo imposible después de tantos acontecimientos. Miré a la luna, ya si se veía, y recordé algunas cosas, como a la mujer del Pantano, quizás debería escribir cuando fuera mayor de esas brujas, porque nos lo había dicho, quería ser escritora, como uno de mis antepasados, o eso me decían. También recordé a Gabriel, en su última frase “ debía aprender de todo lo que la vida me mostrase”, y eso haría, sería la mejor alumna del destino de la vida, porque quizás no me haya diseñado un cuento de hadas, pero quien dice que todas deben ser perfectas, quizás el destino que yo dibuje para mí, sea imperfecto, pero más real, con más sentimientos, mucho mejor que el que un hada madrina me disponga, sin tener en cuenta mis deseos, quizás no quería un príncipe, sino a Daniel, con quien podría asar castañas en una vieja chimenea, pero donde sería feliz, viviendo en paz y rodeada del amor que todo el mundo anhela. Entonces recordé que debía preparar las cosas del colegio para el día siguiente. Lo hice, no tenía sueño, incluso acabé unos problemas de matemáticas, ya hasta me parecían fáciles, mientras Selina dormía en la almohada, como si  nada.
A la mañana siguiente recogí algo mi dormitorio, estaba revuelto después del viento. Puse el disfraz en el cesto de mimbre de la ropa sucia, y me miré en el espejo. Aún tenía telarañas, recordé a Penélope, suponía que el año que viene la volvería a ver. Mi físico no había variado, por lo menos por fuera, pero ya había conocido la maldad en el mundo, y eso te hace cambiar por dentro, te enseña a ser desconfiada, a intentar evitar peligros, mientras antes solo quieres jugar, y comer cosas ricas. Me hice mi trenza, me eché mi colonia Agua de Luna, y bajé a desayunar. Allí estaba mi madre, y mi abuela. Mi tía se había ido a dormir a casa de su nuevo novio, no quería hacerlo sola esa noche. Ambas me abrazaron, y me dieron un beso diciendo: “la vida continúa, a pesar de todas las desgracias que puedan surgir, el sol vuelve a brillar, y con él empieza un nuevo día, una nueva oportunidad, que no se debe desaprovechar”. Sonreí, y tomé mis cereales de chocolate, me habían hecho mi bocadillo preferido para el recreo, uno de jamón con tomate, y ya estaba deseando comérmelo, quizás había vuelto la Lily que dejé escribiendo en su diario, el que retomaría cuando todo estuviera más tranquilo. Llamaron a la puerta, no era Tania ni Lucinda, era  Daniel, había venido a por mí, nunca antes lo había hecho, y me puse nerviosa, pero no me sonrojé, algo de mí había cambiado, me había hecho más fuerte.
-          Hola Lily, te acompaño hoy a la escuela, les dije a tus amigas que no vinieran, porque lo haría yo
-          Gracias (Me sacó la trenza del abrigo, mientras mi madre sonreía, y con ella salió mi amuleto. Esperaba que no supiera qué era)
-          Vamos, o se nos hará tarde. ¡Qué bien hueles!( me gustó su piropo)
Cuando salimos de la valla de la casa, me hizo parar
-          ¿Por qué cojeas? ¿Estás bien después de lo de anoche?
-          ¿A qué te refieres? (no quería pensar que supiera qué era una bruja)
-          A lo de la tabla de la Güija
-          ¡Ah!(me sentí aliviada, ya ni me acordaba como había empezado todo)
-          No les hagas caso, son unas niñas mal criadas, que no se dan cuenta del daño que hacen.
-          No, casi lo había olvidado
-          Mejor, porque te quería preguntar una cosa desde hace algún tiempo
-          ¿El qué? ( me puse otra vez nerviosa)
-          ¿Quieres ser mi novia?
No sabía qué contestar, me gustaba mucho, pero estaba tan agotada psicológicamente después de tantas disputas, de tanto miedo, de tantas aventuras, que me quedé sin saber qué decir. Hubo un silencio incómodo, entonces levanté la mirada, y vi a Madame Blavastky en la ventana, junto a Tomi, quien sonreía sin gesticular nada…
 
 
                                                                         VALENTINA LEONI               
 
 
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Descripción

Segunda parte del libro infantil "Los viajes de la Bruma", que trata sobre la caza de Brujas que hubo en Salem

Palabras Clave: Salem

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Infantiles



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