Siete de la mañana, es un día muy parecido al anterior, es gris y sombrío, al parecer esta ciudad no tiene otra paleta de color. Me encuentro leyendo el periódico en mi única silla, tengo las manos muy frías, a penas y puedo ver más allá de mis piernas. Como de costumbre no hay nada que llame mi atención en aquel rectángulo bicolor de papel, siento que leo lo mismo todos los días.
Mi vida en estas cuatro paredes color beige manchadas por los años con olor a humedad llega a ser demasiado deprimente, pero realmente para mis necesidades considero que está bien.
En donde vivo, es una ciudad muy agitada, siempre las personas están en su mundo y rara vez prestan atención a su entorno y siento decirlo, pero yo pertenezco a esta clase de personas, para mí fortuna o desgracia. Hablando más de mi vida, trabajo en una fábrica que está a punto de entrar en bancarrota, soy un oficinista sin animas de lucrar contra ella u otros.
Se que mi vida puede parecerles absurda o aburrida, quizás lo sienta, pero llevo un tiempo viviendo de este modo y no me había dado cuenta de lo estresante y cansado que llega a serlo, no quiero mal aventurarme o creer en cosas irreales como ciencia ficción o mitos y leyendas, eso no va conmigo.
Estoy de camino al trabajo, son como 4 o 5 cuadras, el día se presta para caminar, de hecho, hace un poco de frío. La fábrica en donde trabajo se dedica a procesar materiales como madera y sus derivados, lo sé, también es simple como mi vida o eso me gusta pensar.
Me encuentro en un trance mental porque siempre tengo tiempo libre, debido a el tema de la bancarrota de la fábrica, pero casi nadie lo sabe y es mejor que aún no lo sepan, frecuentemente este tipo de cosas suelen ser un tema delicado o sensible para los trabajadores, sin embargo, a mí no me quita el sueño esto de la “bancarrota”; tiempos más difíciles se acercan y en todos los sentidos me dicen siempre. Soy una persona con mucha neutralidad ante cualquier tema, por ejemplo, suelo no compartir mi opinión ante una situación que no me corresponde o no se me dijo que hablara, otro dato curioso sobre mi es, que escribo en una libreta circunstancias simples de la vida o me invento cuentos sobre animalitos, como lo dije antes sin querer rebasar la realidad.
“Hoy viernes 24 de noviembre del 2005, una mujer joven entro por la puerta sucia y oxidada de aquella fábrica, viene vestida con un lujoso traje, con todo respeto parece de alta costura aquel pedazo de tela sin tanto color, ella comienza a caminar de una manera delicada y tiene unos ademanes muy elegantes, acordes a su estirpe…”
¡Qué alegría ya son las 2:00p. m.! Ahora tranquilamente me puedo retirar a mi hogar. La calle no esta tan concurrida como es de costumbre, en este momento mis ojos tienen algo en la mira, es un callejón que ya lo había visto antes puesto que todos los días paso por el rumbo, sin embargo, hoy lo encuentro distinto, para que lo imaginen este susodicho callejón, no tiene salida está rodeado por tres edificios altos como de 3 pisos cada uno, hay dos contenedores de basura.
He llegado a mi casa, estas paredes sucias y desgastadas dan mal aspecto y comienzan a agobiarme, de todos modos, no las pintaré.
 Ya es de noche y el manto oscuro esta con una suavidad tan cordial, estoy listo para dormir después de otro día de trabajo; a través de mi ventana puedo ver el cielo claro, lleno de pequeños puntos blancos esparcidos por todo el firmamento, hace ya tantos años que no veo un cielo tan esplendoroso y galante, en mi reloj marcan las 9:53 p. m. y la oscuridad me comienza a cubrir con tanta suavidad. Creo que ha amanecido y siento que no dormí demasiado, en mi reloj marca la 1:15 a.m. pero me es demasiado extraño, yo no suelo levantarme tan temprano, pero lo que es más sorprendente es que hay una excesiva iluminación en toda la habitación, mi ventana parece no aguantar más la sobre carga de luz, debe ser un astro enorme no, no estoy exagerando, me es demasiado inusual este fenómeno, bueno debe ser un día especial o alineación de la naturaleza, realmente no sé de estas cosas de astronomía, mejor trataré de conciliar el sueño.