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Odisea para salvar a su hija… de la droga. Capítulo 7º

Publicado en Jun 07, 2021

  Odisea para savar a su hija… de la droga
Capítulo 7º.   Okupas.
De la información facilitada en las dependencias de la Policía Local una cosa llamó especialmente la atención a Rubén, la de los Okupas. Estos operaban en familias o grupos muy reducidos ocupando viviendas, o la de grupos mayores ya formados y organizados que lo hacían en naves o edificios con mayor capacidad de personas. El tiempo que estaban en cada uno de estos variaba de la presión vecinal, que casi nunca daba resultado, de las denuncias impuestas por sus propietarios, que tampoco la daban, o de alguna situación especial (incendio) que a veces ocurría por el sistema de vida que llevaban, que era cualquier cosa menos organizado.
Cuando tenían que abandonar un sitio, ese mismo día ya tenían otro localizado donde instalarse, y el tiempo en hacerlo era lo que tardaban en cubrir las distancias que había de un sitio a otro. La cantidad de viviendas, naves y edificios ocupados eran bastante mayor que la que la opinión pública conocía, solo que la administración no lo hacía público, era signo de no muy buena gestión por su parte, si bien es cierto que no era culpa de la administración o de los medios policiales, sí de las leyes en vigor que hacían casi imposible gestionar su desalojo, al menos en un corto espacio de tiempo, y de algunos partidos políticos o grupos sociales que estaban en contra de que estos se realizaran a la fuerza. Los propietarios perdían su propiedad y cuando la recuperaran estaba deteriorada, a veces mucho, incluso arrancando tuberías, cuartos de baño, muebles o cualquier cosa que pudiera ser vendida.
Empezó a surgir un nuevo (negocio) las empresas de desocupación, que cada día crecían (en todas las crisis y situaciones no deseadas hay alguien que sale favorecido, en este caso estas empresas), y que eran eficaces, utilizando la presión psicológica, nunca la fuerza, y que daba resultado, lo conseguían en poco tiempo, pero claro en viviendas no en naves o edificios, por la cantidad de ocupantes. Al no utilizar la fuerza, aunque era un negocio en principio no reconocido, para el que no había una normativa, tampoco era ilegal, la ley siempre tiene vacíos que permiten actuar dentro de la legalidad a nuevas iniciativas, aunque específicamente no reconozcan su actividad. El inconveniente era que los dueños para poder recuperar algo que es suyo, que ya tienen pagado o pagan hipotecas, impuestos, servicios, además tienen que hacerlo a estas empresas de desalojo.
No todos los okupas estaban dentro del mundo de la droga, hay personas que por situaciones diferentes se ven obligadas a formar parte de ellos por razones varias: no tener trabajo ni entradas económicas, inmigración, desalojos viviendas de propiedad por falta de pago, deudas, o situaciones especiales que nos plantea a veces la vida y a las cuales al menos durante un tiempo no se pueden solucionar.
Dentro de estas personas hay algunas que colaboran con la policía, en caso de necesidad, o pueden hacerlo en situaciones como la de Rubén, por supuesto les viene muy bien por su estado el recibir una compensación económica por su colaboración y aportación, y esta puede depender de la misión a desempeñar, así como del tiempo que ellos les pueda llevar. Pero lo importante es que es posible y al mismo tiempo fiable. La misma Policía Local facilitó a Rubén datos de algunas de estas personas por si estimaba oportuno ponerse al habla con ellos y llegar a un acuerdo.”La Policía Local directamente no podía hacer nada, puesto que no era un comportamiento o actividad delictiva la de Noelia, simplemente era mayor de edad y se había marchado de casa”.
Rubén contactó con algunas de estas personas, y llegaron a un acuerdo interesante para las dos partes. Carlos “en adelante el colaborador” se dedicaría a ir visitando centros de okupas, una vez localizada Noelia se lo comunicarían a Rubén, intentaría conocer todos los detalles posibles, incluido formar parte del grupo lo más cercano posible a Noelia, para conocer lo máximo, informando al detalle a Rubén que diría como seguir actuando, dependiendo de los resultados.
La información le fue llegando con fluidez, datos de lo que iba averiguando Carlos, pero no haber localizado a Noelia, de momento. Un día le dijo tenía localizado el centro donde estaba, y que en breve pasaba para conocer su entorno y si era posible o aconsejable contactar con ella. Y llegó el día…

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