Estamos viviendo, sufriendo, palpitando, el tema de la sequía en nuestro país. Ya no es una excepción, se ha convertido en un fenómeno que pareciera que no tiene vuelta atrás. Y los comentarios, noticias y opiniones lo cubren el tema asociándolo al calentamiento global y su indudable influencia en el clima. No hay duda de que es así, pero lo más preocupante es que no se ven iniciativas destinadas a adaptarse al nuevo orden de fenómenos naturales. Se habla de energías renovables, de automóviles eléctricos, de transformar la matriz energética y de bajar las emisiones de anhídrido carbónico. Todos temas urgentes e importantes, pero no se habla mucho de un tema que es muchísimo más preponderante y urgente para todos como es el del desabastecimiento de agua. De todo tipo de agua, potable, para uso agrícola, para uso industrial, etc. ¿En cuánto tiempo más tendremos que racionalizar los consumos? ¿En cuánto tiempo más las empresas de agua potable no van a poder abastecer a la población? Y cuando eso suceda, ¿qué van a hacer las gentes para sobrevivir? No nos olvidemos que sin agua no hay vida.
Lo paradojal de todo esto, es que tenemos agua, una inmensa cantidad de agua al lado de nosotros y a todo lo largo de nuestra geografía pero no somos capaces de utilizarla. Claro, porque se trata de agua salada y el proceso de desalinización es caro en términos de consumos energéticos. Salvo excepciones, no vemos iniciativas destinadas a paliar con agua del mar nuestra falta de agua dulce.
Si aprovecháramos la generosa oferta del sol para producir la energía necesaria para el proceso de desalinizar, podríamos convertir nuestros valles en vergeles, podríamos reverdecer los campos y cerros para el pastoreo y la agricultura, podríamos gozar de energía inagotable y aprovecharla en este tipo de procesos.
Yo veo el tema de la siguiente manera:
.- Fabricación en el país de paneles solares u otro tipo de fuentes solares para producir electricidad. Ya he oído sobre vidrios con dicha característica y más ventajosa que los paneles tradicionales.
.- Fabricación en el país de baterías de litio para solucionar el problema de almacenamiento de la energía producida por los paneles.
.- Instalación a lo largo de nuestras costas de innumerables plantas desalinizadoras que bombeen el agua hacia los valles del interior.
¿Se imaginan ustedes la tremenda cadena de valor que se generaría con obras de este tipo? Plantas fabricantes de paneles, plantas fabricantes de baterías, redes y tendidos para transportar las aguas desalinizadas, miles y miles de trabajadores participando en cada proyecto.
Alguien podrá decir que ya existen las iniciativas relativas a las plantas solares, pero aun cuando eso es verdad, los costos asociados hacen que este tipo de emprendimientos sean casi prohibitivos. Cuando yo digo fabricación, fabricación e instalación, estoy hablando de iniciativas que cuenten con garantías por parte del Estado, de exención de impuestos, de rebaja de IVA, etc. Hoy, cualquier persona puede instalar en su casa paneles solares, pero bajo el alero de las empresas de electricidad que le cobran por la instalación y le dicen que le van a comprar la electricidad que no use; pues bien, dicha electricidad se la compran al cliente a mitad de precio y es entregada a la compañía durante las horas de sol que son las horas de menor consumo doméstico. En la noche, cuando aumenta el consumo, hay que comprarla. No es permitido instalar baterías para almacenar lo que se colecta en las horas de sol; además éstas son importadas y demasiado caras. ¿Por qué no las podemos producir nosotros? Imagínense, hasta los chinos son capaces de producirlas.
Con plantas de agua a lo largo de nuestras costas, dejaríamos de depender en cierto grado del clima que no da atisbos de cambio, ni siquiera en el mediano plazo.
Titulares noticiosos de hoy nos hablan de que “La capital vive su julio más cálido en 72 años y el déficit de lluvias, desde Atacama al Maule, alcanza el 80%” o “Gobierno lanza medidas para evitar crisis eléctrica y se ve obligado a elevar fuentes fósiles” con lo cual Q.E.D. lo que estoy pregonando.
 
 
¡Cómo me gustaría ver este tipo de proyectos!... ¡Cómo me gustaría participar en este tipo de proyectos!