OTOO DE NUEVOS HORIZONTES
Publicado en Sep 06, 2021
Atardeceres donde el sol comienza a conversar entre luces que se apagan en las prematuras horas de las nuevas noches, en las cuáles las nubes se disipan entre tenues rayos de luz para dar paso a un manto nocturno que, acostumbrados a su aparición en horas tardías de verano, nos sorprende por su ágil movimiento estrellado bajo las directrices de una luna que nos indica, entre brisas de aire, que nos encontramos en el noveno mes de esta unidad de tiempo denominada año.
Septiembre que, siendo el primer mes del último cuatrimestre para cierre de año, se predispone socialmente como la unidad de comienzo de nuevas etapas: Un recién peldaño a estrenar en educación para las niñas y los niños; nuevas oportunidades de formación y trabajo para el colectivo adulto; recuperación y reinicio de talleres lúdicos, de formación en edad adulta, de reencuentros en centros sociales para las personas mayores. Un sinfín de “nuevos reinicios” que se conciben como “ilusionantes etapas”. Definimos septiembre como el preámbulo necesario de obligado cumplimiento en el calendario que rige nuestras vidas para afrontar obstáculos, superar dificultades, y saber que tenemos una nueva oportunidad para conseguir aspiraciones anheladas en nuestro interior, para saber que las capacidades y habilidades deben ocupar posición garante frente a las limitaciones y dificultades. Quizás, esperamos al “mes 9” para llenar nuestra bolsa de viaje de ilusiones, valor y propósitos en aras de seguir creciendo como seres biopsicosociales que somos en las distintas esferas de la vida. Se recuerda septiembre por el aroma de la hoja caída del árbol, por el atardecer cuya intensidad luminosa merma en consonancia con el cantar de los últimos pájaros del atardecer, por las creativas conversaciones de niñas y niños en las puertas de las ya tradicionales imprentas, cuyo olor a material escolar recién estrenado nos transporta a nuestra más inocente niñez donde septiembre se recibía con nervios y algo de nostalgia por despedir los meses estivales de piscina, películas y ausencia de reloj; pero a la misma vez se reflejaba en los tiernos y sinceros abrazos entre las amigas y amigos de la ilusión del reencuentro con nuestro grupo de iguales. Recibimos septiembre siguiendo inmersos en una realidad sanitaria donde la normalidad completa aún no se nos permite. Pero no por ello, debemos de perder la magia de esta treintena: La magia de ver a las más pequeñas y pequeños de la mano de sus mamás y papás regresando al cole, de iniciar de nuevo la rutina de la vida, la cual se hace menos rutina cuando las metas, los deseos y tu fuerza hacen que el panorama vuelva a cambiar de color. La expectación de recibir el noveno mes del año entre sonidos de carritos de cole que sobrepasan las rígidas hojas secas caídas del parque, y nos indican que, para pequeños y mayores, comienza un nuevo ciclo de oportunidades donde la vida nos brinda, una vez más, una cálida sonrisa para que sigamos escribiendo páginas cargadas de ilusión y emoción en nuestra historia vital. Y es que, quizás, septiembre sea el mes para volver a recuperar aquello que se quedó en el tintero y hacerlo brillar con la intensidad única, propia e intransferible que nos brinda la vida para seguir sumando peldaños de éxito hacia ese concepto intangible y tan perseguido denominado felicidad. Ángel Fernández Jiménez.
Página 1 / 1
|
juan carlos reyes cruz
También, en medio mismo de éste mes esplendoroso nuestra querida patria se puebla de banderas chilenas, se enciende el carbón de las parrillas y se oye el ritmo festivo de cuecas y melodías autóctonas, para celebrar nuestro 211° aniversario patrio.
No obstante, nos has descrito en una bella manera -- que más que artículo tiene visos de poesía -- matices de una etapa que alimenta ilusiones, sentimientos e imágenes románticas de la naturaleza.
Un afectuoso saludo, Ángel.
NGEL
Magnolia Stella Correa Martinez
Un abrazote desde Colombia