Orgulloso de ser quien soy. Nadie mejor que nosotros mismos conoce nuestros sentimientos y hoy estoy dispuesto para lanzar una apuesta en favor de lo convencido que estoy de que los míos son los más grandes que éste mundo haya conocido. Mis amores ( que han sido muchos, mas no demasiados, pero sí los suficientes) no han sido solo una aventura marcada como una banal muesca que incremente un estúpido orgullo, porque cada una de las veces de acaecidos ellos, el pecho se me ha abierto y mi corazón ha palpitado al compás incondicional de aquel otro. Siempre, como en todo camino de la vida, existen curvas inesperadas y en ellas las causas para sufrir accidentes pueden ser variadas provocando, en el tránsito de dichos amores, desconcierto, reproches, heridas o la muerte de uno de los navegantes y, quizás, de todos. Sin embargo, muchos de los que hemos quedado víctimas de la contingencia las heridas no impiden que nos refugiemos en los recuerdos y que el fuego de esos sentimientos permanezca encendido para siempre. El enfajado gris del tiempo (como le llama Daih) es una sabia soledad que nos surte de alternativas para poner en escena a aquellos sentimientos que bien nos pertenecen y que plenamente merecen ser defendidos. Por ello amo la vida, porque lo he entregado todo y no me arrepiento. No obstante, lo que sí duele – y bastante—es no ser reconocido. JCRC.
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Raquel
juan carlos reyes cruz
Gracias, Raquel; no sé si la vida nos dará la oportunidad --de alguna especial manera-- de hallarnos en ideales condiciones... En otra dimensión, en otra vida, o, simplemente en un azaroso encuentro.
Un beso, un abrazo y un inmenso cariño.
JC
Raquel
Daih
La verdad que a estas alturas de la vida, el ser o no ser.... reconocido, es casi lo contrario de lo que anhelo (cada vez más ermitaña), incluso mejor desaparecer. Por eso quizás , el velo de la fantasía , que de alguna manera rescata de lo inconsciente que nadie conoce, me guarda de la intemperie.
El mejor tesoro que podemos llevar a nuestra vejez, son los recuerdos de los sentimientos profundos, en ese sentido es mejor arriesgarce que llegar sin nada al final.
juan carlos reyes cruz
Un beso Doris. En verdad te aprecio.
Daih