EL SALTINBANQUI
Publicado en Oct 11, 2009
EL SALTINBANQUI Has dejado de hablarme De las cosas que te gustan. Aquellas con las que sueñas. Las que te son entrañables. Las intensamente deseadas. Y empiezo a ver tu desazón…, Tu vehemente premura, Tu voz entrecortada, Tus ademanes nerviosos… Y esa mirada tuya Seria, Ensimismada, Preocupada, Ha provocado un vuelco A mi corazón. Y ahora se que por fin El temor ha señoreado La raíz de tus sonrisas, El fuego de tus latidos, El vuelo de tus manos. Y una oración vehemente Se desprende de tus labios Con el fervor desesperado Del condenado a muerte. Y he mirado los verdugones Que el dolor te inflinge. Y también he visto, La llaga roja en tu costado. Tus sueños destrozados. Condenados Por tu propia confesión, A un martirio Cruel y solitario, A una larga A una inmensa Desolación. ¡Y ahora descubro Que ya no tengo magia para tí! Que la agoté en soñarte. Y que ahora sólo soy Un desharrapado saltinbanqui Que cabriolea desesperado Por lograr conquistarte Por última vez, Y que lo ames, En lugar de consagrarte Al martirio Silencioso y sangrante De tu desolación. SAN JERÓNIMO LÍDICE, 11 DE OCTUBRE DE 2009.
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