El fenómeno de la presencia de las empresas chinas en la economía de Chile sigue creciendo, para satisfacción de los inversionistas de ese país y de sus autoridades que ven una forma de dominio global no declarado pero sí palpable en los hechos.
Un claro ejemplo de esto es lo que ocurre con la empresa eléctrica CGE, fundada en 1905 por dos ingenieros chilenos, empresa que con el correr de los años creció y se transformó en una corporación que maneja el mercado eléctrico y del gas en nuestro país y cuya propiedad hoy está en manos de una empresa china (State Grid International Development Limited) en un 96.04%, la cual a su vez es propietaria de Chilquinta desde hace algunos años; hay que destacar que el crecimiento de dicha empresa, fue logrado de manera importante con las ayudas del Estado en esos años en que las empresas nacionales pasaron a manos particulares amparadas en el llamado "capitalismo popular", que de popular no tenía ni una pizca.
 
Hace algún tiempo, se desató una controversia entre industriales del acero de nuestro país y empresas chinas por el dumping (modalidad que permite a un país exportador vender a precios muy bajos, a veces por debajo de los costos, pero que subsidia a los vendedores con el objeto de dejar fuera del negocio a otras empresas) a que, se demostró, estaban sometidas las bolas de acero para molinos con lo cual los compradores chilenos estaban prefiriendo dichos productos chinos en desmedro de la producción nacional de bolas. Nuestro gobierno acaba de tomar acción y ha fijado un arancel especial temporal a dichos productos (5.6%) pero obviamente que la reacción china no se dejará esperar; de hecho, cuando se inició esta controversia funcionarios del gobierno chino amenazaron veladamente con frenar las compras de productos chilenos si prosperaba el reclamo.
Recientemente, el Registro Civil de Chile, ha anulado su decisión de adjudicar la licitación por la confección de cédulas de identidad a la empresa china Alsino, amparado en instrucciones de nuestro gobierno, el cual a su vez decidió escuchar las recomendaciones del gobierno de los Estados Unidos en el sentido de no entregar este tipo de información a empresas chinas por el peligro que representaría la difusión de datos privados de nuestra población. Ya ha habido reacciones por parte de China y podemos asegurar que no se van a quedar de brazos cruzados.
 
Ejemplos como los anteriores podrían llenar muchas páginas, demostrando que China se está adueñando de nuestro país a vista y paciencia de autoridades, de empresarios, de políticos y de la población. Y no hay ninguna chance de reacción, porque si alguna reacción tuviera lugar, nuestras exportaciones se verían afectadas de manera muy importante; no hay que olvidar que de las exportaciones chilenas en 2020, que alcanzaron a 71.728 millones de dólares, las dirigidas a China representan un 37.1% (26.611 millones de dólares)... más de un tercio del total a un solo país, lo cual es extremadamente peligroso para nosotros, es una locura. Con el agravante de que en el entorno de las importaciones, que en 2020 alcanzaron a 59.032 millones de dólares, China representa un tercio aproximadamente.
 
¿Qué significa esto? Significa, nada más y nada menos, que nuestro país es cada día más esclavo de lo que hagan los chinos; significa que estamos condenados a seguir viendo cómo nuestros trabajadores productivos siguen disminuyendo, porque ya no queda nada que no se les compre a nuestro principales "socios" comerciales; significa que aun si tratáramos de volver a aquellos tiempos en que aquí producíamos automóviles, camionetas, tejidos, ropas, zapatos, carteras, electrodomésticos, maquinarias, etc., nunca podríamos recuperar el terreno perdido, porque cualquier emprendimiento productivo, del tipo que sea, finalmente va a toparse con la necesidad de importar algún elemento, algún insumo o materia prima proveniente de China.
 
Cuatro de cada diez automóviles vendidos en la actualidad en Chile provienen de China y los mentados" mall chinos" han invadido nuestro comercio; solo una de las compañías chilenas que ayudan a la instalación de malls chinos en Chile, informa que en los últimos tres años se han abierto más de setenta tiendas... y hay otros grupos, lógicamente, lo que no hay es la información relativa al tema. En muy pocos años más, lo que queda del comercio de tipo retail en nuestro país, Falabella, París, Rypley, va a ir desapareciendo absorbido por esos monstruos que, cuando las cosas se ponen delicadas, cuando la economía baja y las ventas decrecen, no les importa, porque ellos reciben ayudas no demostrables del gobierno comunista del gigante asiático. Esa es la manera de invadir el planeta de manera pacífica.
Y todos nos quedamos callados , todos condescendimos y aprobamos esta verdadera ejecución de nuestros trabajadores creativos o de nuestros propios hijos o nietos que en unos años más deberán integrarse a un mercado laboral restringido a la logística , al almacenaje y al transporte; todos nos coludimos silenciosamente para comprarles a los chinos, sin importar que sus precios bajos sean producto de dumping, sin importar que a los propios trabajadores chinos se les pasen a llevar sus derechos de todo tipo.Sin ir más lejos, el presidente de China acaba de hacerse casi inmortal en su país al decretar que su vida, sus enseñanzas y su doctrina deberán ser enseñadas en los colegios básicos de manera obligatoria; sin ir más lejos, una tenista china de elite acaba de desaparecer inmediatamente después de denunciar, públicamente, que fue abusada por un ex gobernante de su país.
Y los empresarios "chilenos" ligados a las exportaciones a China, declaran las "conveniencias" (solo para sus exclusivos bolsillos) de mantener dichos mercados... y todos nosotros nos confabulamos para hacer del mall chino el punto de reunión... porque las cosas son más baratas ahí.
Y las universidades siguen formando ingenieros...
... Y perdón por alargarme tanto y por dejarme llevar en exceso por mis emociones... no tenía ningún derecho...
Nos vemos en el mall chino.