¿Todavía no te das cuenta de la envidia que causamos?
Que el miedo al ridiculo sólo sea una leyenda urbana. 
Comamonos las calles, así , de la mano, gritando lo mucho que nos importamos.
Lo mucho que nos gustamos, y que por miedo, nos tratamos como dos completos desconocidos. 
Como dos completos idiotas... 
¿Cómo hacerte entender que nuestros enemigos no son las personas, ni los celos estupidos ni muchisimo menos competencia?
Quiero explicarte que nuestro mayor enemigo es el tiempo, porque este pasa, y quizás le perdamos la batalla y dejemos pasar esta oportunidad.
Eres tan jodidamente perfecto... no dejes de mirarme así, hazlo una vez más, como unas ciento de veces más.
Y si me pierdo en tus ojos, no me busques, dejamé ahí, porque no siento mejor sensación que estar aquí.
Nado entre tus ojos azules, tanto, que hasta siento que me ahogo.
Cuento tus lunares de uno en uno y cada uno de ellos me parece aún más bonito al anterior.
Adoro cuando me sonries y más cuando lo haces timidamente.
Como cuando te sientes acorralado, y mientras sonries mueves la cabeza para ambos lados.
Nuestro idioma me encanta, podemos hablar sin apenas decir nada.
Y creeme, es de envidiar.
Adoro cuando te veo venir, haces que me olvide de todo. Eres la persona más valiente que conozco, porque espantas todos mis problemas, y te adueñas de mis pensamientos.
Y esa magia sólo la tienes tu.
Y a todo esto... ¿te atreves?
PD: Te escribiré pronto.