La sinfonía de la miseria
 

Quiero ir de vacaciones al sur pero nooo….. quiero un departamento en maipu, pero nooo…       Me alcanza pa un par de puchos en la plaza, y una cloaca de 3x3, donde pasan ratas de cola larga.
 

el dolor en mi alma aclama un psiquiatra pero nooo… comprar mi receta médica pero noooo…. , solo me alcanza curar la pena con un pack de chelas, y pedirle a algún curandero si me puede fiar la receta.
 

Es increíble pensar que el dinero te puede alegrar, pero a la vez estresar, y como dice el dicho lo que fácil viene, fácil se va, como cuando el viento sopla y arranca un billete de tus dedos, o como cuando un ladrón saca tu celu, y sale chum peo como un torpedo.
 
   
No pido ganar la lotería, ser rico, ni lujos, solo pido una estadía para mis futuros hijos, y que no les falte el pan, ni el amor, ni los cuadernos para sus dibujos.
 

En estos días la dignidad puta que esta cara, si hasta tuvieron que destruir una plaza pa representarla. pero todavía puedo ver la miseria que columbra por las calles, en una esquina inmigrantes ocultos por estar ilegales, y en la otra la familia en el metro pidiendo limosna pasando hambre.
 

No hay nada más miserable que tener el espíritu apagado y amputado, no hay remedio ni prótesis para levantar al condenado por este sistema fracasado, por eso juntémonos todos los afectados, cantemos y bailemos a este ritmo del vals todos abrazados:
“Deleiten la sinfonía de la miseria, injusticia que nos apaga, pero nos levanta he inyecta rabia, vamos espartanos sé que están cansados, alcen la voz y griten fuerte vamos arriba el ánimo, no hay mal que dure cien años, solo somos parte de este teatro mal actuado, la calle nuestra tarima y este mundo solo un escenario”.
 

Busco, busco, y busco, pero no encuentro, frustrado, desesperado y alocado con un camino desviado, je que irónico, al fin y al cabo, solo hace falta dinero y un buen estado.   
 

Acobijado y enroscado en la banca de una barra, mirando a la gente como pasa y presume sus trajes y marcas, sintiendo envidia esa de la buena y sana, hasta que veo un idiota peleando con un mesero, es ahí donde el sesgo me apodera, y transforma mi envidia en mala.
 

Llorando y pidiéndole a dios que me conceda lo que quiero, si es así prometo no pelear de nuevo, y ser la persona más feliz de este mundo, ser agradecido y sentirme bendecido como antes, pero diosito no responde, supongo que ocupado, con muchas personas haciendo fila desde antes.

Debe haber muchas personas como yo, con frustraciones, problemas y con mucho dolor, inclusive peor, pero todos partes del mismo gremio de condenados y afectados, juntémonos todos de nuevo y recitemos juntos de nuevo, con un amargo llanto y abrazados:          
“Deleiten la sinfonía de la miseria, injusticia que nos apaga, pero nos levanta he inyecta rabia, vamos espartanos sé que están cansados, alcen la voz y griten fuerte vamos arriba el ánimo, no hay mal que dure cien años, solo somos parte de este teatro mal actuado, la calle nuestra tarima y este mundo solo un escenario”.