EL CANTO DEL CISNE
Publicado en Mar 22, 2022
Pedro es un noble ciudadano que ha dedicado gran parte de sus 55 años a prestar sus servicios en una estación de bomberos, en sus inicios como bombero voluntario y luego como bombero profesional cumpliendo con sus 8 horas semanales de servicio voluntario. La devoción por su misión le despierta una obsesión insaciable por la capacitación profesional con la sana intención de prestar el mejor servicio y con la maliciosa ilusión de ser el bombero superior, muy superior; al fin y cabo, los reconocimientos institucionales, sociales y familiares son motivo de orgullo. A medida que se instruye en las diversas áreas de su oficio como socorrista, Pedro se enamora hasta el apasionamiento por todo lo que tenga que ver con incendios y conflagraciones a tal punto que, en medio de carcajadas, decide apodarse “bombero pirómano”. En efecto, ahora instruido por los mejores profesionales del mundo, traídos por la institución para capacitar a su personal, Pedro comanda su propio equipo de socorristas especializados en todo tipo de incendios, forestales, estructurales, vehiculares, etc., etc. un logro más para su ya saturado palmares emocional de por sí recargado de menciones, condecoraciones y toda índole de premios y reconocimientos oficiales por su infatigable labor de servicio a la comunidad. Sin embargo, y a pesar de su gran profesionalismo, no pudo soportar la pausa que le impuso la vida al engrosamiento del historial de éxitos y conquistas laborales y sociales. Ya han pasado muchos días sin que suceda un siniestro que le permita lucirse; ya sucedidos varios meses sin probar el heroísmo que le representa controlar un incendio, Pedro se divierte elaborando un plano identificando cada uno de los puntos susceptibles de iniciar un fuego en su estación con la esperanza de detectar las posibles falencias que tenga este mapa para luego corregirlas, Pedro decide ensayar su ingenioso experimento en un horario en el que él no esté de guardia, ya para salir de su turno. De nuevo la ovación Pedro, Pedro, Pedro es el motor que infla el ego del bombero-pirómano y lo expulsa de su cama a las dos de la mañana, cuando la población imploraba el auxilio de su líder. Al llegar encuentra su lugar de trabajo en llamas, Pedro fiel conocedor del punto exacto donde se origina el fuego y una vez provisto de vestuario y equipos especializados, se apropia de su misión de socorrista y se dispone a penetrar las incandescentes llamas ignorando la voz de sus superiores que le advierten sobre el grave riesgo, pero aturdido por la vanidad que le augura reconocimientos y condecoraciones. A un paso de ingresar a la llamarada, la realidad confronta a la vanidad haciendo que Pedro dude por un breve instante… sin embargo, la lógica le recuerda que conoce el punto exacto donde se originó la situación y eso le concede el poder para dominarla. Pedro, se decide. Al tiempo que da el último paso para meterse a la candela, Pedro mira al cielo, se hace la señal de la cruz y grita: “allá voy, Dios mío” siendo estas las palabras que acompañaron el canto del cisne.
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Lucy reyes
Pobre Pedro.
Felicitaciones Magnolia, tus relatos son claros, entendibles e interesantes.
Un abrazo querida compatriota
Lucy
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
y la arboleda susurra su canto desigual
y parece callar y sin embargo
una visión atraviesa mi cuerpo
y ya no hay nada que decir
así refleja el CISNE así
el agua en sus alas
por fin..” SPINETTA Músico-cantor
Pobre Pedro; su súper ego, lo llevo a un final que tal vez sea el buscado. Nada sabemos de su contexto familiar, ni de sus preocupaciones o situación personal. Elaborar una carrera con esa metodología en la búsqueda y luego en la necesidad del piro maníaco de gestar su ansiado fuego, lo llevan a ese final entregándose al Señor de los Cielos….”y ya no hay nada que decir…así refleja el CISNE
Felicitaciones Magnolia
Magnolia Stella Correa Martinez
Saludos desde Colombia, Doctor.
Beto Brom
No obstante el triste y lamentoso final, disfruté la especial historia de un hombre simple carcomido por su ego, que lo llevó a su muerte.
¡MUY BUENO!
Abrazotes van....
Magnolia Stella Correa Martinez
Saludos desde Colombia, amigo.
aljana pausinni
Tu linda historia me ha hecho recordar a mi buen hermano ( ya fallecido ) quien fue miembro del cuerpo de bomberos desde su juventud hasta el último de sus días. En nuestro país la institución bomberil es absolutamente voluntaria en todo el territorio y es una de las organizaciones mejor profesionalizadas de la nación. Ellos deben pagar una cuota mensual para ser integrantes de cada compañía. Resulta curiosa la entrega humana de algunos seres que pagan para servir... Algunos han rendido la vida en tan noble desempeño.
Perdóname, amiga, por haberme colgado de tu linda historia para hacer tributo a una colectividad chilena que nos llena de orgullo.
Un abrazo.
Aljana
Magnolia Stella Correa Martinez
Saludos desde Colombia, Aljana.