Rfaga de suspiros: 31219
Publicado en Apr 16, 2022
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Temblaba al viento de la noche como la última hoja de un árbol moribundo. Estoy dejando que me escuche atentamente mientras camino, y me tenso en varios instantes. Se alcanzaba a ver el final de la avenida, pero era sí mismo. Un loco calmo, cansado de huir, quiere enfrentar lo que va a venir, pero no solo. El agua cumplía su último ciclo y las gotas eran pesadas, gruesas y golpeaban la piel de una manera tan intensa que se enrojecía. Todo se lo llevaba el asfalto. Como me lo temía, pasé de nuevo la noche sin dormir. Sentado toda la noche esperando nada. Sentía su presencia. Blanca piel se acercó, como la noche, como vino llegó a saciar mi sed. Ella suave, tibia y casi etérea. Sentía su mano rozar mi cabello, hacía una guerra y demostraba su miedo en cada roce, ambos teníamos frío esta vez al mismo tiempo. Noche de libertad, de luna hostil. Ambos nos prestábamos los corazones para lo que quisiéramos. No podía dejar que pasara como algo más, quería seguir sintiendo todo lo que estaba pasando, me da paz. No quiero que el momento se nuble. No hay preocupación. Dejo de sentir frio por el calor que me da el corazón por su condición y su palpitar. El clima cambió. Ahora no hace tanto frío, ahora no hace tanto calor. Hace lo que me gusta, no tiene nombre. No es humano, no es algo comparado con el plano físico. ¿La tranquilidad es un estado del clima? Es más poderosa que lo que la memoria me pudo recordar. Es un lugar desconocido pero que me parece muy familiar. Yo he sentido esto antes, pero no tan fuerte. No quiero deshacerme de esta situación, pero no puedo quedarme en este vicio circular. He vuelto a mi hogar, el que es mi lugar. Yo sé quién eres, por eso no quiero acabar. Yo sé quién eres, por eso no quiero mirar hacia arriba. Yo sé quién eres, por eso mi cabeza sigue entre mis piernas y es sostenida fuertemente con las manos en mi rostro. Yo sé quién eres, y es por eso quiero seguir imaginando que solo te veo a los pies. Sobrenatural. No quiero entender ni darle una razón a lo que estoy sintiendo. Tu codo está molestando mi espalda, pero no importa, puede quedarse ahí por más tiempo, puedo aguantar. La seda no se puede comparar con la infinidad de suavidad que me generan tus manos en mi pelo, cuando no solo es superficial, decides hundir tus manos en mi pelo, enredar tus dedos, tratar de encontrar salida, no encontrarla, seguir intentando, encontrarla, buscar de nuevo el laberinto. Es muy divertido cuando me siento menor. Renací del pundonor al sentirte. Puedes pedir cualquier deseo desde ahora. No hay sensación que se le compare, no ahora. Quiero verte, quiero verte ahora. ¿Si eres quien yo he estado queriendo desde que me senté en esta mitad de calle? Por favor. Decido levantar mi cabeza. La luz es muy intensa… ¿Quién eres? ¿No es solo tu collar?. Contento estoy. Es verdad. El corazón es mucho más que esto. Quemé mi entorno completamente de la euforia que llegué a sentir en el instante en que me dí cuenta que todo fue una visión que me quería dar el clima, el mundo, la naturaleza. No necesitas más que controlar los pensamientos inherentes de tu mente, necesitas encontrar el abismo entero.
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