Sobriedad
Publicado en Aug 10, 2022
Un día se decidió entre vivir lo que siempre odió o lo que anheló.La marea de pensamientos ultrajó de manera tan abominable a esa mente. El abuso qué sufrió fue de tal magnitud, que se confundía ante sus ojos una mañana soleada con la luz de un foco. Se podía sentir como un recuerdo tras otro se apilaban en esa mente hueca, tenían gran peso. La presión personal no ayudó en nada, era como un vigilante qué permitía todo. Se intentó mantener sobrio día tras día, erró, cayendo en los vicios ordinarios, bebiendo sin reloj o pausas. Seguir el camino iluminado fue muy fácil, sobre todo porque era recto y no había curva alguna, haciendo qué fuese inevitable caer mientras se respira y se ensucia. En alerta se mantenía, las acciones lesionaron una ilusión tan fuerte, la resistencia se podía comparar con la de un faro ante una inclemencia natural.La vida termina en ese punto, hubo un pasado tan brusco y taciturno qué estalló en un tornado de recuerdos, memorias, honor y libertad.Haciendo recuerdo al pasado, la libertad era esa promesa con sabor a mana. Una persona fue testigo porque lo escuchó desde la montaña Sinaí, nadie sabe porque se dijo tal cosa o comparación. Perder un día cuando se es joven no repercute tanto, al menos eso pensó él, pelear por fé no es inútil, es una homeostasis, paciencia y soñar despierto serían dos requisitos.Siguiendo con lo que encontré de él (textos y horas continuas de charlas), explicó qué sentía como una lupa lo seguía a todas partes y era peor cuando se ponía con el sol, una dualidad qué hacía de un segundo un vaivén de rivalidades infinitas qué bueno son finitas actualmente. Tenía quemados los pies por caminar horas en el desierto de su destierro, no me dejaba de mencionar como se identificaba con el lobo estepario de Hermman Hesse solo que su final no era como esa novela, nunca pudo quitarse esa piel peluda o poder aceptar que habían más de tres o miles de él en su interior.Odiaba los espejos porque solo podía ver dos y no a los demás; duerme y duerme ahora y toda la noche... Las palabras cada día se hacían más ácidas y menos entedibles, la casa se le inundó de tristezas, fue casi imposible sacar todo ese sentimiento, hecho a perder cada buena voluntad y amor por el prójimo, todos los que seguíamos esta historia de cerca, imaginamos qué se había salvado su personalidad y amor propio, para ser francos aún muchos pensamos que si se salvó, los rumores son neblinas qué no nos permiten confirmar ésto último.
|
Magnolia Stella Correa Martinez
Me encantó leerte, amiga.
Saludos desde Colombia, Brenda.
Brenda Morales Chang
Saludos cordiales desde México, mí estimada Magnolia.
aljana pausinni
Haber leído esta historia me ha confundido, pero en ningún caso me ha incomodado.
Saludos, Brenda.
Aljana.
Brenda Morales Chang
Saludos cordiales Aljana.
aljana pausinni
Un abrazo lleno de cariño.
Aljana