Te recuerdo, Mara Magdalena
Publicado en Sep 25, 2022
En el vasto espacio de mis recuerdos la maravillosa figura de tu cuerpo, junto a la poderosa esencia de tu temperamento, marcan un hito importante… Y el haberte conocido en una fiesta con ribetes de jarana fue una precisión muy evidente, puesto que coincidíamos ambos en nuestros álgidos momentos de ostentada popularidad, reconociendo –eso sí-- que tú, en aquel día, estuviste más arriba, porque, a mi juicio fue aquel cuando diste el gran espectáculo de tu vida. Ya nos habían presentado y, conociendo uno del otro varios de nuestros antecedentes, mutuamente nos habíamos acaparado para el resto de la fiesta, demostrando sin complejos que ese acercamiento era público, sin ocultamientos y a prueba de ajenos cuestionamientos. Tú siempre habías acostumbrado a vestirte atrevidamente y ese día llevabas un pequeño vestido de satín verde perfectamente ceñido a tu hermoso cuerpo, dejando buena parte de tus impecables, armoniosos, suaves y blancos muslos al desnudo bajo el ruedo, gráciles piernas que, ágiles y orgullosas se mostraban flotando en la pista como si fueras una eximia bailarina de ballet. Bailabas cual una diosa cuánto ritmo se te pidiera; tango, blue, rock and roll, cha-cha-chá, cumbias y demases. Entre el ejecutarse todos esos ritmos, deslizándote conmigo sobre las pulidas baldosas, hábilmente encaramada en tus altos tacones rojos, al sonar el sabroso ritmo de una salsa, te desprendiste de los zapatos, te subiste sobre una de las mesas, ocupada conscientemente que todos te vieran y comenzaste al son del compás a moverte con embriagada sensualidad, coqueteándome de manera abierta a través de tu cariñosa mirada de tus azules ojos y la aterciopelada sonrisa de tus labios rojos: Hermosa, dichosa, soberbia, ebria y lujuriosa… Fue cuando diste el golpe de gracia. Te llevaste las manos tras el amplio escote de tu espalda y descorriste la cremallera del vestido, permitiendo que este resbalara por la blanca suavidad de tu piel melosa y quedaras deliciosamente desnuda cubierta solo con tu diminuta braga color magenta de encaje transparente. Sin perder ni el ritmo, ni el equilibrio, continuaste bailando y exhibiendo tu maravilloso cuerpo ante el enfervorizado griterío de los presentes, conmigo sorprendido, pero admirando tus preciosos senos al descubierto, los que se asemejaban a dos preciosas gotas grandes de reluciente nácar de unabelleza impresionante, apuntadas con dos hermosos pezones color de zanahoria que parecían golosamente los chupetes de un par de biberones. Te bajaste el calzón hasta la altura de las rodillas y te inclinaste hacia un costado en una arriesgada pirueta para sacarlo de tus piernas, logrando un éxito solo a medias porque entre el frenesí, el apuro y la embriaguez, perdiste el contrapeso y caiste precipitadamente hacia el vacío… No obstante el imprevisto, me transformé en tu héroe, puesto que tan atento de ti yo estaba que alcancé a sostenerte antes que tocaras el suelo y caímos los dos en él, con la atónita mirada del resto de la gente, quienes reparaban –principalmente-- en la pequeña selva trigueña de rizados bellos pubianos que estaba expuesta y en tu pueril tajo vaginal de enjutos labios rosados, mirándoles como si fueran unos objetos olvidados… Mientras tanto yo te sostenía con mi brazo la cabeza y tú, triunfante y atacada por la risa, exhibías la braga en tu mano izquierda descaradamente. Consciente o ebria esa velada la terminaste conmigo en la cama gozando ambos de un buen sexo y después, durante un regular tiempo de ser una pareja, me mostraste que nunca te arrepentiste y toda la aventura había valido la pena. Desgraciadamente hacen muchos años que no he podido volver a verte.
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Raisa Morros Green
Una maravilla ..
Soy muy escueta para comentar pero con todo el respeto que se merece usted y sus escritos , le dejo este mensaje con admiración y cariño..
Un gran abrazo
Raisa Morros Green
Daih
Lector también los perciba.
(El personaje Daih, se siente muy identificada ;)
Un gusto! Estimado.
juan carlos reyes cruz
Cariños.
Daih
Sabes que puedes contar con mi amistad. Yo no comento por amistad ni tampoco por recibir comentarios de vuelta.
Mi amistad vale más que los comentarios, eso espero.
De verdad que me gustó leer este relato, ademas que es un alivio entre tanto patriarcado y misoginia empapelada con hipocresía que se le dé el espacio a la mujer que disfruta y se empodera
de su sexualidad sin ser juzgada. Gracias por
eso.
Lucy reyes
Siempre admiro tu estilo literario
Felicitaciones,
Lucy
juan carlos reyes cruz
Gracias, Lucy.
Te envío un cálido abrazo.
Joaquin Sariego
Qué pena que no se hayan reencontrado.
Saludos.
juan carlos reyes cruz
No obstante, aún situado en un pasado, yo no me hubiera atrevido a ser tan aventurado como lo hecho por María Magdalena en tal ocasión.
¡Pero valió la pena!
Gracias por comentar.
Un saludo cordial.
JUNTALETRAS
:)
Bonito episodio amigo, y muy bien relatado. Gracias por compartirlo.
Un saludo.
juan carlos reyes cruz
Un abrazo