La famosa y extinta Olga Guillot, una morenaza cubana que nos cantaba boleros con mucha sensualidad (en sus
años mozos, porque después, ya no tanto... lo de sensuales porque seguían siendo hermosos) nos contó, siendo una adolescente, que había sido seducida muchos años atrás por un varón del cual no se sabe su edad, pero del que se sabe que tenía mucha experiencia en las artes amatorias.
“Tú me acostumbraste a todas esas cosa y tú me enseñaste que son maravillosas…” le cantaba la morena al depravado que nunca pudo ser ni ubicado ni delatado para hacer justicia.
Pero me tinca que lo de hacer justicia es hasta por ahí no más, porque parece que a ella le quedó gustando la cosa ya que, muchos años después, le cantaba al primero que se le atravesara por el camino: “¿Sabes de qué tengo ganas?... de que el sol salga de noche,
del amor hacer derroche hasta hacerte enloquecer… de adorarte sin medida, aunque después de esos días, pasen 2 o 3 semanas sin mirarnos otra vez…”
¡Degenerados!
Daih
Gozo con las canciones.
Joaquin Sariego
Gracias -según este texto- a esa "degeneración, nacieron letras imprescindibles en la poesía bolerística.
Este texto relata de manera fantasiosa lo que pudo haber ocurrido, y de esa misma manera fantasiosa, el supuesto señor con vasta experiencia en las artes amatorias, dejó un gran legado.
Saludos!
donbaldomero.
juan carlos reyes cruz
Yo también pienso que la morena Olga ha de haber sido una extraordinaria gozadora.
JUNTALETRAS