1. Mi amor y yo: 2.06 Passio (Vol. II)
Publicado en Oct 12, 2022
Nos arrojamos perezosos sobre el sillón de tu casa, y mientras enredaba mis dedos con tus rulitos alborotados, un silencio hizo eco en la habitación.
Estuvimos un largo rato divagando, tendidos después de una larga jornada de trabajo, escuchando el sonido de la ciudad que nos agobia. Entonces, posaste tu cabeza sobre mis piernas y pude ver tu rostro con más claridad. Y qué bonito que es tu rostro al pestañear. De pronto, te sonreí porque el nerviosismo me invadió sin consentimiento, y pude apreciar como la luz se fue impregnando en el tecnicolor de tus ojos, esos mismos que dan vueltas tratando de encontrar mi mirada y me devolviste una de tus miradas coquetas. Bajé lentamente mi rostro para encontrarme con tus labios y la colisión de nuestros cuerpos vino en cámara lenta para luego sucumbir en caída libre. Aquel atardecer, a medida que las sombras fueron encontrando refugio en el interludio, acariciaste mi piel cual escultura. Me cogiste con firmeza, agarrándome con ambas manos, embistiendo con desesperación. Porque, es esa sensación en la que no puedo dejar de tocarte, besarte y morderte. Y nuestras manos encontrándose en lugares en los que se necesita más iluminación. Luego, cuando un beso pareciera consumir la guerra que se avecina, nos vemos, encontramos como si fuese la primera vez. Temerosos, convergidos con cada caricia, nos mezclamos con rabia y desenfreno, como si el mundo se fuese a acabar. Cuando alcanzamos el cielo, rápidamente me vestiste con tu abrazo y nos besamos entre risitas cómplices, mientras se sacuden nuestros huesos; empapados en sudor y alegría. Que tu beso es de fuego y me quiero quemar.
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JUNTALETRAS
Enhorabuena por el relato.