Todas las empresas tienen una parte humana en su origen. Nuestra empresa nació cuando un amantísimo y cariñoso padre logró traer a su hogar, aire marino para que su hijíta supiese como huele el mar. Sorprendido, descubrió que no era poca la gente que necesitaba aire de mar, o aire de montaña, etc.Empezó así la história de un pequeño emprendedor que convirtió la venta y distribucción de áire en una empresa familiar, que poco a poco fué creciendo hasta lograr hacerse con toda la distribución comercial de aire.En poco tiempo, aquel primer envase familiar de aire de mar comprimido, como todo pionero, quedó anticuado ante la creciente demanda y, la subsiguiente oferta que con grandes dósis de imaginación y excelente ojo comercial innovába nuestra empresa. Al susodicho áire de mar, siguió Aire de las cúmbres del Himalaya, luego se añadieron Aire de los bósques nórdicos, y Aire de Granada en primavera. No vamos a mostrar aquí el catalogo completo de nuestro áire, dada su amplitúd y variedad, pero no podemos dejar de mencionar nuestro producto estrella: Aire milenario, cuyo alto contenido en vapor de agua procedente de hielo de la Antártida, de hace 15 mil años, se vende incluso en Groenlándia.Por todo lo dicho, vemos retratado aquí un ejemplo ejemplar, válgame la redundáncia, de cómo con un caracter emprendedor y una buena idea, se puede llegar hasta las cumbres del Himalaya, partiendo desde el mismísimo nivel del mar.
 
 Autor: Txema Martín.