COSQUILLAS...
Publicado en Oct 31, 2022
COSQUILLAS...
Cosquillas… Nada te gustaba más; pocas cosas creo que te gusten más. Caricias, pellizcos y sustos; risas, carcajadas irresistibles. Cosquillas de tranquilidad o cosquillas en las costillas, tú elegías… Te meabas de la risa. Estar a tu lado siempre ha sido un deleite tal, como el de aspirar la nota dominante de un perfume maravilloso; aquélla, realza en su fondo el matiz del resto de los aromas que lo componen, y es justo la esencia que provoca más placer al aspirarlo. La tuya es intensa, nota dulce, amaderada, un fondo floral: un deleite como a miel de nardo, a rosas pasadas… Hueles, diríase que a tus abuelas y a sus madres; a algo familiar, maternal, como una especie de olor a regreso. Un verdadero tesoro, una joya valiosísima; alguien para presumir… Eres preciosa, pero no tanto por lo indudable de tu precio o lo adorable de tu belleza, sino por el valor de para las muchas cosas que vales. Tenemos tanto que contarnos que daría igual por donde empezásemos. Éramos unos novatos. Tanto para mí, pero más para tu madre, eras nuestra primera hija y se ve que por eso no pude entrar en el paritorio para asistir a tu venida; la cosa parece que se nos complicó un poquito… Y menos mal que no me dejaron entrar porque como bien sabes, yo sólo hubiera servido para complicarlo todo más. Se ve que soy demasiado impresionable, un mierdaseca en los hospitales; me mareo con una facilidad pasmosa, y a menudo termino tirado por ahí en el suelo chorreando de sudor con la mirada perdida y blanco como el papel. Pero como si para entregarme un regalo se tratara, me llamaron estando en la sala de espera, y llegaste a mi vida en forma de la aparición de un hermoso querubín… Nunca olvidaré el instante de acercarme y verte por vez primera. Poco a poco, te me apareciste Iluminada y caldeada, tan sólo por el arrebol del haz de luz de aquella bombilla roja colgada sobre tu cuna, situada en el recoveco de una sala en penumbra junto al paritorio. Recuerdo mi asombro al acercarme, despacito, como con mucho cuidado, y ver de repente lo precioso de una hembra tan tan pequeña… Era nuestra primera vez juntos. Mi primera vez. Acababas de llegar. Y al verte así tan de cerca y por vez primera, mi vida entera no solo cambió sino que dio un vuelco… Diríase que en ese momento como que crecí de golpe, me agrandé; y que al mirarte con tanto detalle, por amor, transmuté, convirtiéndome de repente y para siempre en otra persona. Tu padre. No había vuelta atrás… En ese momento terminé de hacerme mayor, aunque sabes bien que nunca me ha entrado del todo el conocimiento. …eeen fin. Sabes que te quiero mucho, muchísimo. Juntaletras. Te invito a seguir leyendo mi blog... Graciaaasss. https://historiasenunfolio.wordpress.com/2022/04/27/cosquillas/ |
Raquel
JUNTALETRAS
Gracia, gracias, gracias Raquél...
Raquel
JUNTALETRAS
juan carlos reyes cruz
JUNTALETRAS
Gracias por tus comentarios Juan Carlos.