LA VIDA...
Publicado en Nov 06, 2022
LA VIDA...
El grito de terror nos hizo dar un respingo a todos; eché a correr alarmado por el pasillo mientras su madre salía hasta el umbral de la puerta del dormitorio, con La Niña en brazos; inerte, amoratada por el atragantamiento. Me la entregó suplicante, aterrada; ocho días de vida colgando flácidamente de mis brazos. Mientras la tomaba en mi regazo, un regusto de impotencia desgarraba mis entrañas.Frenéticos, corrimos hasta el coche. Hice el ademán de entregarle La Niña a mi hermana para ponerme rápidamente al volante; pero fue muy evidente la expresión de gravedad en su cara: «Es tu hija…» Era conmigo con quien mejor podía estar en este trance… Posteriormente me confesó que al verla tan mal, pensó, que lo que tuviera que pasarle a la niña era mejor que le pasase en mis brazos. No respiraba; solo podía yo susurrarle mimos cariñosamente pero de forma entrecortada debido al pánico y al llanto; solo podía darle ánimos, hablarle, rogarle, acunarla… Era tan, tan pequeña que no encontraba forma alguna de ayudarla. Estaba aterrorizado tratando de hacer algo por ella cuando, casualmente, descubrí que soplando suavemente en su carita, de forma refleja La Niña intentaba aspirar aunque de forma muy muy tenue… Pero estaba viva. No respiraba; apenas inhalaba pero continué soplándole suavemente, intentando acompasar mi ritmo con el de su hálito trabajoso. Solo algunos gestos vitales apenas perceptibles, casi estertóreos… Pero estaba viva. El pánico invadía hasta mi último resquicio, aumentando la presión de mi miedo hasta límites que no había experimentado nunca. He visto la muerte varias veces, también la violencia y el delito; he visto la droga, el desamor y la decepción, pero jamás el miedo había impregnado de ese modo mi ánimo. Entramos en el ambulatorio como una exhalación, tropezando; cegados por las lágrimas y por el espanto y dando alaridos, imploramos una ayuda que sabíamos imprescindible para salvarle la vida. Ya llevaba varios minutos en apnea, y su color macilento y la casi completa atonía de su cuerpecito evidenciaban lo crítico de la situación. Recuerdo, las miradas de estupor del personal del ambulatorio al ver el estado de La Niña y el del padre. Pude detectar la renuencia lógica de la mayoría de ellos, al ver a la diminuta criatura que yo les llevaba casi muerta. Era evidente que no querían cargar con la posibilidad de que «eso» sucediese en sus manos. Alarmado, salió a nuestro encuentro un doctor veterano (el Dr. Rodríguez) a quien entregué -yo rendido y empapado en llanto- el cuerpecito de mi pequeña. El intento de sondarla para proporcionarle oxígeno fue inútil; era demasiado pequeña para utilizar ese catéter o cualquier otro instrumental del que disponía. Un rictus de impotencia y temor asomó también en la cara del doctor. ¡¡¡ Dios mío…!!! Finalmente, como último y creo que como único recurso, el doctor inició unas simples maniobras con los bracitos y una serie de masajes en el vientre… En ese momento rompió a llorar. Me sorprendí sonriendo a lágrima viva. Me sonó extraño, solo la conocía ocho días… Había estado muchos minutos -parecieron horas lo juro- sin emitir sonido alguno y casi totalmente inerte. La Niña lloraba, y eso significaba que había conseguido llenar sus pequeños pulmones de aire. En ese momento presentí a Dios. Reaccioné, arrancando brusca e instintivamente la criatura de los brazos y cuidados del doctor con la intención de llevarla cuanto antes al hospital. Al principio el doctor se sorprendió de lo impulsivo de mi acción pero inmediatamente y sin decir palabra, comprendió que mi intención era también la mejor opción: había estado demasiado tiempo en apnea y era imprescindible hacerle otras pruebas imposibles de realizar allí. Y la mejor y más rápida ambulancia en ese momento era su padre. Balbuceando y envueltos en lágrimas dimos las gracias y a trompicones, salimos a toda prisa hacia el hospital. Podría haber muerto en mis brazos, peeero... …eeen fin. Gracias a Dios, La Niña hoy tiene 12 años y es uno de los más grandes amores de mi vida. Juntaletras. Os invito a continuar leyendo mi blog.Graciaasss... https://historiasenunfolio.wordpress.com/2016/11/26/vida/ |
Raquel
JUNTALETRAS
Gracias Raquel... :)
Raisa Morros Green
Me imaginé cada detalle ...como también lo describe Luz ..viví en mi mente cada palabra..
Cada lágrima las sentí mías...prestadas pero las sentí..no me queda más que felicitarlo y agradecer su historia ..
Su hermoso relato, ese amor de padre infinito
Su pequeña tiene la dicha de tener tremendo padre y viceversa usted tiene la dicha de tener tan hermosa hija !
Me imagino las lágrimas y sentimientos que emergieron al escribir esta historia .
Cada palabra quedó con ese maravilloso aroma..
Le mando un fuerte abrazo
Con admiración y cariño
Gracias por compartirnos esto estimado!
Raisa Morros Green
JUNTALETRAS
Y sí, de lágrimas se trata porque la vida está llena de ellas. Hay que soportarlas, recordarlas, sufrirlas, y hacerlas poesía... si se puede.
...si es que te tengo que querer Raisa. :)
Gracias a miles por tus comentarios.
Luz Lobos
Sufrí tu angustia, viví el episodio, es difícil no ponerme en tu lugar, me mantuviste todo el rato con la piel erizada.
Me alegra que haya terminado bien.
Me encanta leerte y lamentablemente no siempre puedo abrir tus textos.
Abrazo para ti ☺️☺️☺️
JUNTALETRAS
Y sí, fue un episodio angustioso pero terminó bien. Gracias a Dios.
Un beso por leerme. :)