No quiero ser sembrado en la tierra, ni en los nichos de las páginas.
Prefiero que me calques en tus manos.En tu frente congelada de ideas, Puedo peregrinar las alboradas del descanso. Al abrirse, de par en par tus párpados podré cimbrarme de nuevo en lo que veas, o lo que el día te sugestione a otear. En ti me podré  fijar en tus aureolas que tienen su razón en tu piel misma. Podrán mis manos proferir fechorías como templar los hielos bajo tu camiseta.Miraré a los hijos que dejamos al mundo saciarse del pan y del agua que se reconstituyen cuando nos empeñamos en creernos familia. me llevarás cimbrandome en tu bolso desecho o a tu único vestido que te cubre  de un luto adelantado que nos saliera al paso con la alucinación de querer destruirnos aunque seamos parejas que se calcan peremnes diseminados en las recreaciones de cualquier ambrosía. Sigue viva por mi y llévame en tu tacto y créeme que Soy mientras la lluvia cae sobre lo que sostenga algún paraguas petreo e intuyeme en las sombras del paso de los ecos