Encuentros Reproductivos del Tercer Tipo II.
Publicado en Nov 19, 2022
Se encontraron después de mucho tiempo. Eran los mismos de aquellos años mozos pero con algunos años más. Habían sido pareja de adolescentes casi, pero la relación no duró porque las relaciones duran poco y cada uno partió por su propio camino. Se habían casado, familia, hogar, penas, alegrías, triunfos, fracasos y habíanse separado de sus respectivas parejas (por lo ya dicho, por eso de que las relaciones no perduran) quedando ambos afectivamente solos en los años avanzados de sus vidas.
La tecnología los juntó. El la buscó en la web y...¡Oh maravillas de la web!... se habían reencontrado y habían conversado... y como donde fuego hubo, brasas quedan, se reunieron y salieron... y se frecuentaron... y como decía al comienzo de mi relato, eran los mismos de aquellos años mozos, por lo tanto fue fácil que se quisieran y se volvieran a amar, a pesar de que no era fácil volver a amar después de tanta agua bajo el puente de la vida; ella con su alegría y optimismo y él con su seriedad hasta para estornudar, se habían reconocido y se conocieron aun más en una relación mucho más completa que aquella de otrora. Conversaban, se amaban, conversaban de nuevo, salían juntos, se reían, iban a conciertos, en suma, estaban felices. Una noche en que acababan de amarse y yacían uno al lado del otro, ella le plantea un tema de tipo sociológico y él, que era mandado a hacer para desarrollar temas trascendentes, comenzó a hablar y a hablar de su trascendente tema, desarrollando y recordando ideas, lecturas y conclusiones, explicando sobre la evolución de la humanidad desde los tiempos prehistóricos, pasando por las distintas épocas hasta nuestros días, respaldando con ejemplos cada idea vertida, orgulloso de su exposición y contento de tener una interlocutora tan atenta y prudente que no le interrumpía y le dejaba lucirse con su bagaje de conocimientos. Estaba feliz, nunca antes había tenido la oportunidad de aunar palabras y frases para desarrollar en un discurso, todos los tópicos en que estaba absorto y en que la tenía absorta. ¿Absorta?... resulta que sin que él se diera cuenta, la doncella se había dormido y en la profundidad de su sueño expelía suaves y femeninos ronquidos que le avisaron que ya no era más escuchado y que más valía terminar con la charla. No pudo saber en qué parte del discurso dejó ella de ponerle atención, su orgullo de charla parece que había sido despachado al viento, había hablado más de treinta minutos solo, sin nadie que le escuchara. Pero eso no le importó; lo único que valía la pena era que la había hecho dormir tiernamente con sus palabras y eso para él fue lo más importante de esa noche, y se acurrucó y se durmió. ... Soñando toda la noche con la evolución de la humanidad.
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