Si pasas junto a mí y me sigues mirando y lo disimulas
            aunque te portes portentosamente rígida, con un rostro de durísimos arcanos
            como las égidas regidas por silencios, como las pausas tendidas en arcos inagotables.
            Pero volteas y veo crecer tus párpados plenados de anteayeres o un par de plenilunios
            y que tus pupilas sueltan sus suaves truénos de oro intensamente fermentado
           o una gota tristisima se te cayera al suelo insípido, tranformándose el alguna forma vívida
            sabré que estoy reinándo aun en tus indiferencias  y la falsa aparencia de faláz descrédito
            que aún no soy añadidura muriente, pasado de pasados, roja fosa perdida.
            Viga dejada hasta por leñadores que todo lo pretenden con insana codicia 
            Te miraré languidamente con mis ojos foráneos, extranjero de lugares profusos
         clavándotelos hasta el fondo de tus colosales húmeros virtuosos y tus muy frescos tuétanos
      para que sepas ciertísimamente que te sigo amando aunque ya no haya cisnes en los claveles
            y que es un sentimiento que eternamente me superará y se pondrá en mi lápida
            para que sea rociada por rocíos perpétuos.y algunos tréboles me pueblen de raíces.