Sublimes 
              descansan de pie de sus cansados pasos
              las amapolas densas que encontrara una orilla.
              Los farallones ya no embisten con fuerzas uniformes:
              El campo es campo desde antes que se presienta el tañir de la aurora.
              Aún el zamuro reposa de los presagios, semiborrado en sus acuarelas.
              No tienen momentos exactos los desiertos para reaparecer.
              No se han enterado los montes de que serán repetidamente alegorías densas.
              Los retorzos duermen en remotísima ignorancia, es sábanas teñidas por sus aires.
              Yo ya me despertado, siempre madrugo y arrojo mis pesadillas y retornan calladas.
              Las hbligo retostado y muy pardo, la boca que calienta a todos los alientos
 
          insuflando vida hasta a los incrédulos o los rostros de borrados agónicos. en su hospicios
              Hecha de horizontes y curvas cavadas en lo que sobrepasa lo inaudito
              suspiras en una ventisca horizontal, inmaculada, a ningún otro concedida
 
              Mientras suspires a mi lado y despiertes y te sonrías y la verdad se forme
              juro cuidarte como un escudero que detenga la mano de los cielos: arteros a veces
              y de los fuegos que quieran coquetear con tus formas más dulces sibilantes.
              seré terraplén impávido, gravitación opuesta, burbuja que te guarde silente.
              De todo te guardaré calladamente, envuelto en sutilidadez: muro de impavidez.
              Constelación totalmente impasable, tea presta si se presentan lídes.