Si me acompañas estaré contigo, aunque los cúmulos perezcan arrasando vertientes
       Si me extiendes la mano transalpina hallarás la mía, asentada en delicadezas húmedas.
       Si retozas cercana con la levadiza alegría del célibe sin novatadas , me elevaré contigo.
       Si tu espalda aspira a recostarse y vibrar en la mía, te entregaré mis vértebras y báculos.
 
    Ahora si quieres desprenderte de mi y volverte cenital flor de resilencia, abstracción ingeniosa.
O arisco paredón que no deja pasar mis esperanzas, deteniéndolas. entre durmientes y hachazos  o compartes con otros los alaridos que escapan de tu sangre movediza que se topó siniestra.
        o te vuelves cayena dividida, patraña en vestimenta, colmena de artimañas ingentes
dejaré de arrimarme a tus arreboles que serán elementos resecos y los petrificaré,
       y el desamor será para mí como dulcísima sombra de tamariscos graduales , refrescantes
 
       y las samaritanas serán para mí dunas, toboganes donde posar mis ojos de farolero triste. 
       Vela:
por eso estás afrentas afloran y se pagan aunque intentes simulaciones o actuaciones malignas
 
        y los astros coléricos no tomarán cohecho ni disimularán tales infamias ni sus lides.