Tú sabes lo que yo callo,
   lo que pienso en mi niebla  ,
   las chispas que se forman 
   en mis dedos de árbol inundado  
   cuando ara en tus ciénagas. 
   Lentamente te excavo en las horas extrañas .
   Hora en que la yedra se va abriendo  de cuajo 
   y mi boca taladra con mayor apetencia .
   Hora en que los sustratos y cielos se sustentan  
   del aliento caliente del que sale tu alma :
   almacén de pasiónes que a las mansas aterra.
    Sobre tu densa pulpa me he diseminado
    y agregado a tus ojos de ordenadas violetas
    disimulando de todos mi gotear de sulfato
    que te devoraría en instantes con sus zarpas de hoguera.
    Lleno de los nitratos de pedregales igneos 
  Mi ser dinamitado va explotando en sus hebras 
 
y sale a la calle como fiera de selvas.
  A engendrarte los hijos que poblaran la Tierra .
   A mi paso salvaje todo se va incendiando  
   y te despojas, locamente temblando en tu melena.
    Y toda desvestida al frenesí te entregas! 
 
    Corola incinerada, aturdida y hambrienta!