Se equivocaron
Publicado en Feb 08, 2023
Se equivocaron los que antes de mí fueron y malamente te describieron Para que estudiarlos si no te confirmaron reafirmando su incompetencia ? extraviados en sus contemplaciones sin cohibir sus miramientos subjetivos quizá depilandose en el alóe de los aguamaniles o evitando desfiladeros que no los asediaron revolcándose en el error grave del que muerde al cansancio que emanan sempiternos itinerarios pensandose correctos, como los que lavan y arreglan las hojas de las azaleas y luego reptan sin orden por las gracias del sándalo, seres hipnotizados No supieron calcular la connotación ordenada de tu cardinal latido. Ni el detalle revelador que cae y brilla al pormenorizar tu silueta y te pluralizaron como menuda Como aquellas que apenas vaporizan las vertientes de los resecos pedúnculos con su vilo genuino, como cualquiera que desfila sin la impronta de una altísima elegancia ingénita pero no eres declive pasajero ni falda fradulenta reservada para llenarse de cadillos polvorientos. Resuenan tus pasos en tus modos y magníficas formas avasalladoramente perfumantes: Te asignaron a lo normal sin deternerse a analizar el vaho sedoso intrínseco a tus labios, ni la atracción constelar en la que palpitan tus pechos vueltos vapores y columnas Delictualmente te excluyeron de lo que camina y aturde campanadas y pisotea runas La que es tormenta y fuego y singularidad en muslos depurados en lo mitològico La que es suma de las delicadezas y ni siquiera discrimina al de mirar protervo y hosco Entras por los ojos que sembraste en mi pecho de confuso lunático erotizado y me habitas y fluyes alineando mis nada importantes huesos enclavandote y mi alicaido íjar subiendo por mis costllas, que extraviaron su aspecto de vigores densos y textura mentolandome con una frescura que se hinca en los laberintos de mi mente. Y sales de mí y amaneces con la calidez risueña de la que me fue concéntrica, sacandome de mis fugacidadez y cortedades: ramillete de esperanzas vibrátiles: Al unísono el alba se proclama poquedad estimando tu creciente refulgencia y se aleja. Volviéndote agua dulce llueves y bautizas a aquellos a los que les abres los ojos
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Richard Albacete