A la verdad
Publicado en Feb 14, 2023
A la verdad, no hay que hacer muchos estudios,
ni saber casi del cenit o de los apogeos del ocaso, y menos conocer qué es el copíhue y que se inclina a mirar la tierra. Ni de complicarse con saber la geología de Isla Negra, o malamente deletrear la palabra Báltico: Me sobra con saber que vienes con la bruma , llevando, como muchas, sus alcuzas de barro o de vidrio, astillándote. Que recorres distancias que te son asfixiantes: inacabable laberinto y te quema el camino que no perdona a tus adelgazadas zapatillas penitentes. tropiezas y caes magullada por las trampas de las raíces lóbregas y sus garfios boscosos, rayendose tu sencillo vestido formalmente melancólico, jamás acicalado A veces decaes en tétricos abatimientos por que el futuro asoma su perfil en incertidumbre pero te levantas y continuas tu tráfago para que no falte el aceite a tus pequeñuelos. Si por unos minutos descansas en las piedras que plenan el aciago trayecto, suelen soltarse lágrimas de tus ojos que ya no son crisálida y descubren tu sed. Capullo desgastado que continua su paso impelida por la inercia del aire: No ha de faltarle nada a tus retoños, aunque debas enderezarte en los vados siniestros, y arar la tierra en continua metamorfosis con tan sólo tus manos y tus bríos aún frescos, a pesar que insectos te hieran arbitrariamente los lomos ya casi acerados. En el hundimiento absoluto de tu tristísima pobreza, desmides tus suspiros. Por que toda mujer abandonada, en sus ajetreos, solicita varonil compañía. Aunque su cansancio le de el contristamiento que le da el sol a las orugas. En las fosas de su corazón, en su lánguido fondo, espera candor y comprensiones.
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juan carlos reyes cruz
Hermoso poema, amigo, pleno de realidad.
Un abrazo.
Richard Albacete
Veronica Molina Diaz
Así es!
Richard Albacete