Sencillamente me malacostumbraste a ti
a tus pantalones largos y tus raros perfúmenes.
Al bárbaro estruéndo salido de tu boca
y a la carcajada que retronaba al vuelo.
Siempre se rumoraba tu venida
en los primeros tambores de la tarde.
Yo me íba ocurriendo en mí mismo
trastocándome en lugares solitarios.
Escuchaba tu nombre en los esfuerzos
del viento por volverte realidad.
Todo alrededor se me antojaba tú,
llena de panacéas y de provocaciones.
Te miraba con mi loco atrevimiento
desde un limbo recargado de enigmas.
Eras para mí suceso relevante.
Eras mujer sucesiva que pasaba y pasaba.
Andaba yo midiendo tus momentos
y tu carita de caracola suspicaz.
Te íba perfeccionando en mi enclaustrado.
Te íba amando en mis pálidos temores.
Tenía yo los nervios del romántico
y el atrevimiento remoto del liberto.
Hoy he despertado y ya no estás conmigo
y tu recuerdo me es del todo entrañable.