KEVIN KING EL ENFERMERO ASESINO
Un enfermero de 31 años llamado Kevin King de 31 años fue hospitalizado por su tercer episodio de psicosis. Se quejaba de haber tenido en su crisis reciente dificultad para concentrarse,  tener ideas intrusivas de naturaleza extraña como hay un duende en el cuerpo de mi esposa y alucinaciones auditivas de voces  de duendes que controlaban sus movimientos corporales. Estos padecimientos habían golpeado su funcionamiento hasta el punto en que perdió el trabajo. El examen del estado mental reveló habla presionada, asociaciones imprecisas y uso ocasional de palabras idiosincráticas. Los padecimientos  fueron desapareciendo gradualmente  después de varias semanas de tratamiento con antipsicóticos, a cuyo término pudo regresar  a vivir con su amiga y a la vida laboral.
Cuando se reintegra a su trabajo como enfermero se empezó a dedicar a envenenar a las pacientes con una especie de veneno mortal y eficaz, y el gozaba mucho de estas actividades en su turno nocturno, sentía un gran placer matar a los pacientes según el por qué oía voces que le decían que para ahorrarles sufrimiento era mejor mandarlos a la otra vida.
En su infancia Kevin, siempre había forzado amistades y parecía un individuo bien adaptado, a pesar  de las frecuentes mudanzas  familiares. Su padre era un vendedor interesado en lo oculto. Una hermana y un pequeño  hermano suyos  habían sufrido trastornos psicóticos  de tipo desconocido. El primer  episodio  después de una desilusión amorosa.
Kevin se sentía sin duda despojado de toda ansiedad, temor  y depresión al matar una persona, sin duda habría que preguntarnos realmente a quien quería matar Kevin muy en el fondo, pero lo cierto que King ya se había convertido en un asesino serial en su práctica médica.
Kevin empezaba también a desgastarse mental, físicamente y espiritual al desarrollar una grave adicción a la pornografía y a los estimulantes de todo tipo, generalmente se la pasaba alrededor de seis horas promedio viendo pornografía y masturbándose recurriendo a todo tipo de pornografía inclusive la más baja como pornografía infantil y parafilias de todo tipo. Por lo que Kevin tenía que recurrir a páginas pagadas y de dudosa procedencia como la Deep web sin embargo su deseo sexual seguía creciendo por lo que ya no se sentía satisfecho por ningún material pornográfico por lo que recurría a comer su semen, orín y heces durante el acto de masturbarse.
Durante dos años de práctica de masturbación compulsiva, pornografía y consumo de drogas estimulantes King empezó a sentirse realmente mal tanto así que empezaba a dormir mucho, vomitar, sudar mucho y tener diarreas frecuentes con lo que empezó a bajar dramáticamente de peso, por lo que King acudió a consulta médica donde le hicieron análisis de todo tipo, grande fue su sorpresa cuando el doctor le dijo que tenía sida, pero donde se había infectado si no tenía sexo con otra personas nada más se regocijaba en su consumo de pornografía, como pudo haberse infectado.
Sin duda, King buscaba explicaciones que la medicina propia no podía ofrecerle, será que Kevin pudo haber destruido su sistema inmunológico al grado de contraer una enfermedad como el sida, extraño sin duda es lo que pasa cuando uno espiritualmente esta hecho una completa cucaracha, sin un sentido de vida, con adicciones, compulsiones, neurosis graves y una conducta criminal.
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