Nuestras vidas, sin excepciones, están llenas de momentos de todo tipo. Hay momentos que nos han permitido enderezarnos cuando la caída era inminente; hay momentos que nos han botado derechamente s
in capacidad de reaccionar; hay otros momentos gracias a los cuales hemos podido mantener equilibrios enfrente de los demás y que nos han ayudado en nuestra dignidad. Momentos gratos, sublimes… y momentos que mejor olvidarlos.
Las personas pasamos por etapas en las cuales nos sentimos perfectamente balanceados, perfectamente equilibrados; pues bien, ese equilibrio siempre será consecuencia de momentos vividos sin que nos demos cuenta. Hay otras etapas, en cambio, en que nos derrumbamos y caemos a pesar de nuestros esfuerzos; de nuevo, todo causado por algún momento inadecuado e inoportuno.
Por eso, mis queridos amigos, sepamos valorizar los momentos con que nos enfrentamos en nuestras vidas y sepamos aprovechar los buenos para crear sinergias mientras que evitemos esos momentos que nos sacan de centro llevándonos al caos.
N. de la R.
La redacción de este portal se ve en la obligación de advertir a los lectores de este post, que ¡su autor está chalado!... porque el escrito se refiere exclusivamente a los momentos físicos que se definen como el producto de una fuerza por una distancia y no a los momentos temporales. ¿Qué no ven que él es físico?